Capítulo 5: ¡No soy una bruja!

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–Sam tiene una cita, Sam tiene una cita –canta el estúpido de mi amigo.

–Matías quieres cerrar tu estúpida boca.

–No ¿y sabes por qué? –inquiere con una tonta sonrisa.

–¿Por qué? –pregunto mientras cruzo mis brazos.

–Porque.... –comienza a decir con una cara demasiado alegre–, Sam tiene una cita, Sam tiene una cita, Sam tiene una..."

–¡Puedes dejar de cantar por favor! –lo interrumpo enojada.

–No, no quiero –niega cerrando sus ojos como idiota para luego apretar mis cachetes ¡Oh no! aquí viene la mala imitación de bebe de Mati–. Nanay mi Sam ya está grande, cosita linda y tierna va a salir con chicos y los chicos le darán la mano, la besaran... y la llevaran a sus casas y... harán cosas indebidas –Mati suelta mis cachetes lentamente para dirigir sus manos hacia mis hombros los cuales agita–. ¡Oh por dios! ¡Mi inocente Sam! está prohibido que vayas a esa cita ¿me escuchaste?

–¿Eres bipolar o qué? hace un rato estabas más emocionado que yo por mi NO cita.

Levanta sus brazos –Pues la gente cambia primor.

–Estás loco –le digo mientras cierro la puerta de mi casillero.

Resulta que en 30 minutos para ser exactos debo ir a encontrarme con el engreído ese al parque de diversiones y ver que ridículo favor tiene pensado ¿No podría haberme regañado por haberle roto el vidrio y ya? como lo hace toda la gente normal, eso habría sido mucho más fácil.

–Puede ser –concuerda Matías–. ¿Estás lista?

Dejo salir un largo suspiro –Si, vamos –Matías asiente con la cabeza y nos dirigimos hacia el estacionamiento del colegio, son las 5:30 y usualmente no salimos a esta hora pero nos quedamos a hacer un trabajo, lo cual considero totalmente injusto por supuesto ¿no les basta a esta gente con tenernos 8 eternas horas hirviendo nuestras cabezas de información? Claramente no, porque siempre nos dejan como un kilometro de trabajos por hacer.

Me subo en el moderno y aun así no muy llamativo auto de color verde de Mati, ya que él aceptó llevarme al parque, pero antes tenemos que ir a buscar a Emi. La muy colada quiere espiarme mientras tengo mi supuesta "cita" con Alexander. Creo que perdí la cuenta de las veces que les repetí a mis dos amigos que no era una cita, pero por lo visto con ellos no hay caso. Cuando algo se les mete en la cabeza, se les mete de verdad en la cabeza y toda su existencia gira en torno a eso, es algo así como nivel Hodor con su "¡hold the door!".

Bueno no, no exageremos, el nivel Hodor está por sobre el nivel de mis amigos, pero si cuando insisten en una idea nadie se las saca, en otras palabras son algo persistentes muy persistentes.

–¿Por qué tenemos que ir a buscarla? –pregunto mientras maneja.

–Porque no pienso espiarte solo, además tu eres la que está enojada con ella no yo.

–Ella se lo busco –respondo evasiva mientras miro por la ventana.

Me mira de reojo –No es para tanto Sam.

–¡Claro que sí! tuve que cambiar mi contraseña de face, y yo soy de las que tiene la misma contraseña en todo ¿sabes cuánto tardé en cambiar la contraseña de todas mis otras cuentas?

–Eso te pasa por decirle la anterior.

–Yo no quería decírsela, fue por lo de la estúpida apuesta ¿recuerdas?

¿Quisieras aferrarte a mí?Where stories live. Discover now