Capítulo 2: El invento

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La semana había pasado y finalmente llegó sábado, mi día favorito de la semana pero este día sería la excepción.

Se preguntan ¿Por qué? Pues simple:

Hoy es el día que me reuniré con Alex.

Antes con Alex solo era hola y Chao ( si es que saludábamos) pero ahora se ha vuelto increíblemente insoportable.

Ya no le tolero, toda la semana pasó hablándome y venia donde mi en los recesos y como siempre pasó solo no tenía más opción que estar con el.

Pasa hablando solo de animes y videojuegos y a mí no me gusta ninguna de esas cosas en lo absoluto.

Me desperté con mala gana y me dirijo hacia mi baño para tomar una ducha. Me veía demasiado mal, mis ojos estaban entreabiertos y mi cabello castaño estaba muy desordenado.

Puse una canción en mi teléfono y salte a la ducha.

Pasaron aproximadamente unos 10 minutos hasta que termine. Me seque con una toalla azul y me dirigí a mi armario para vestirme.

Después de examinar todo mi armario me decidí por una camiseta negra, un jean apretado de color azul y un par de converse de color plomo.

Mis padres habían salido de la cuidad para ir a visitar a mis abuelos y a mis primos.

Sinceramente no sabía que era peor... Si ir con mis padres (por qué no me llevaba con mis primos en lo absoluto) o ir a hacer el proyecto con Alex (que se había vuelto muy insoportable últimamente).

Para mí mala suerte no tenía opción ya que el lunes teníamos que entregar el proyecto así que este era el único fin de semana que nos quedaba para hacerlo.

El proyecto consistía en crear un invento tecnológico que sea muy creativo y para serles sincero yo no soy nada nada creativo y no se absolutamente nada de tecnología.

—Aquí vamos.— me dije a mí mismo y seguido de ello dejé escapar un largo suspiro de angustia ya que en pocos minutos estaría con Alex.

Cogí mi mochila y la cargue en mi espalda mientras marcaba en el teléfono el número de la compañía de taxis para que enviaran uno por mi.

Me senté en el sofá de la sala esperando a que viniera el taxi por mi.

Al cabo de unos 5 minutos finalmente el taxi llego. Me levante del sofá sin mucha prisa y con mala gana mientras cogía las llaves de mi casa y me dirigía a la puerta principal.

Abrí la puerta y entro una fuerte brisa que golpeó mi rostro suavemente.

Me acomodé mi camiseta y me subí en el taxi. El conductor era muy simpático, me saludo alegremente y me preguntó a dónde querría que me llevara.

Saque mi teléfono y le dicte la dirección de la casa de Alex.

El resto del camino resultó ser increíblemente divertido, hablábamos con el conductor de cosas aleatorias desde la goliza que le metieron a México en el último partido hasta cuantas cucharas de azúcar ponemos en nuestro café.

Después de unos 20 minutos que resultaron ser unos de los más graciosos de mi vida llegué a la casa de Alex.

Le pagué al taxista y de un brinco me baje del taxi.

—Guauu.— exclamé sin intentar disimular ya que no había nadie cerca que pudiera escucharme.

La casa de Alex era increíblemente grande, de hecho parecía una mansión. Tenía un cerramiento muy alto así que lo único que podía ver era que tenía unas ventanas muy grandes y un enorme patio. La casa estaba pintada de un verde claro que era muy bonito por cierto y se encontraba en sector bastante lujoso.

DALEX: Un Viaje a Lo Desconocido Where stories live. Discover now