Algo Inesperado

¿Perdonarte?-Zeed

Narra Zeed

-Buenas tardes, Zeed.-

Quien lo iba a pensar. Santiago en mi habitación, visitándome, a solas. Era como tener unos de mis mejores sueños, pensar que Santiago me iba a visitar, nunca se me había pasado por la cabeza y tampoco lo había visto como una posibilidad. Después de todas la cosas que había dicho ese dia, de la forma en la que se había comportado y como me rechazaba cada vez que me acercaba a el...ahora era el, el que se acercaba y venia a mi casa. ¡Joder, esto si que me hacia feliz!...El me hacia feliz.

-¿Como esta?.-Pregunto con cierta timidez. El se adentro totalmente en la habitación, cerrando la puerta detrás de el. Yo solo observaba cada movimiento de su cuerpo, las ganas de saltar de la cama, abrazarlo, besarlo y decirle cuanto lo amaba me invadía a cada minuto...pero la retenía lo mas que podía. Esto era prácticamente como una tentación, tirarme encima de el y besarlo, eso era lo que quería hacer...pero no podía. Santiago se fue acercando hacia la cama, cuando llego a esta se sentó en el borde; un poco lejos de mi.

-Ya que estas aquí, mucho mejor.-Un hermoso color carmesí se presentó en su rostro, haciéndolo ver estúpidamente tierno...me encantaba saber que todavía causaba algún efecto sobre el. Una sonrisa ladeada apareció en mi rostro, a lo cual el se molesto y bufo mirando hacia otro lado. Un silencio incomodo se hizo presente, hasta que yo lo rompí.-Santi...-Al instante su mirada volvió a la mía, nuestras miradas se conectaron como hace 7 años atrás...sus ojos eran hermosos, pero ya no tenían ese brillo de alegría y fulgor. Eran fríos y sombríos. El aparto la mirada.

-No me llame Santi, soy Santiago para usted.-Su tono había salido cortante, y su forma de hablarme era formal. Era obvio que todavía me despreciaba, lo que no entedia era ¿Por que había venido aquí? Si se supone que me odia ¿No?.....Esperen...¿Quien le dijo sobre lo de mi "accidente"? Suspire con resignación, para después removerme en la cama para estar mas cómodo.

-¿Quien te dijo que estaba "enfermo"?-Pregunte confundido, mirando hacia la ventana de mi habitación, el cielo estaba nublado, eso indicaba que iba a llover. ¡Puff! Hermoso día para salir.

-Sara.-Solo dijo eso, dejandome sorprendido. ¿No que no eran amigos ya? Y ¿Como fue que empezaron hablar de mi? Con Sará nunca se sabia, sabrá Dios como empezaron hablar de mi o como ella empezó a sacar el tema.-¿Te molesta que haya venido?.-Dijo mirandome directo a los ojos, con cierto tono arrogante.¿Que si me había molestado? ¡Es una pregunta tan estúpida! Claro que no me molestaba. Toda sonrisa de mi rostro se desapareció, y fue cambiada por una linea recta de seriedad.

-Claro que no me molesta. Todo lo contrario, me alegra que hayas venido a visitarme. ...-Dije mirando a sus ojos, los cuales se abrieron de par en par.-Dime Santiago, ¿Aun te preocupas por mi?.-Dije mientras en mis labios se formaba una sonrisa ladeada. ¿Por que mas iba avenir acá? Era obvio que se preocupaba por mi. Aparto su mirada de la mía, mientras un ligero sonrojo se presentaba en sus mejillas. El silencio volvió a reinar y ...¡Esto era una mierda! Ya no podíamos hablar y todo era por mi culpa. Tenía que hablar con el y explic...

-¿Por que no has comido?.-Su tono ya no era formal, pero seguía con su mirada apagada y fría; pero esta vez no me estaba mirando a mi. Voltee la mirada en la dirección que dirigía su mirada...Era la bandeja de comida que había dejado mi madre en la mesa de noche, hice una mueca de desprecio y aparte la mirada.

-No quiero nada de eso, me dan nauseas cada vez que la veo.-Bufé con molestia y desagrado, volviendo a mirar a través de la ventana. Santi se levanto de la cama, teniendo toda mi atención, por un momento pensé que se iba a retirar de mi habitación...pero me equivoque. Se estiro un poco, y agarro la bandeja de comida. ¿Que iba hacer con ella?