Bella Durmiente ¡Sobre Mi Cadáver!

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Bella durmiente
¡Sobre Mi Cadáver!


  Después de caer al húmedo suelo escuche un horrible grito de una mujer. Por favor que alguien me diga que ocurre.

Todo es tan claro y borroso; recostada percibo un intenso olor a desinfectante.
  Al abrir mis ojos, lo primero que veo es la silueta de un hombre vestido de blanco. — ¡Despertó! — grito emocionado. Otro hombre mucho más grande se acercó a mi, me pregunta mi nombre, cumpleaños, y la fecha de hoy pero no respondo ninguna pregunta porque me siento muy incomoda.

—Doctor, me duele el vientre. —enseguida el enfermero me ayudó a sentarme.
—¿aquí? —dice presionando mi estómago.
—¿por qué estoy en el hospital? — pregunto, ya un poco más despierta.
— Tu cuerpo, desnutrición. Si te ocurrió esto es por que tu dieta se basa en azúcar y tu cuerpo necesita más nutrientes.

Cristina se asoma a la habitación, después de tocar la puerta antes de entrar.
—¡Amanda!. Te extrañe tanto, doctor, después de todo este tiempo pensé que nunca despertaría ¡¡Gracias doctor!! ¡¡Gracias dios!!.
—¿¡Cuánto tiempo e dormido!?.
— Ya existen autos voladores y yo estoy comprometida.
— ¡Mierda! ¡Mierda, Puta!. Estuve en coma, todo este tiempo... ¡Mi juventud!. — reclamo.
El enfermero me tomo por los brazos, tratando que me tranquilizara un poco.
—Señorita, le pido no altere a la paciente.
  Amanda, solo estuviste una noche aquí. — exclama el doctor.
 
Cristina explotó en risas, su sofocante risa de foca.
—¡Hubieras visto tu cara!. — dijo con saliva en la oración.

Sin pensar, tome un ramo de flores junto mi cama, y se las lance en la cara causando que cayera al suelo.

—ey, tranquila, solo te quería ver reír un poco. Dame un abrazo, llegue corriendo solo para ver si ya estabas bien.

Se acerco a mi y no pude evitar abrazarla; es una idiota, en ocasiones es muy directa e infantil, pero es la persona a la que más quiero.

El doctor arrugó su gran frente. —si no me necesitan más, contactare a tu familia para que ya te alejen de mi.

Salió sin dar la espalda, mirando fijo a cristiana.
—... Estas flores, en la mañana una pareja las dejo para ti. Si necesitas algo estaré en pediatría . — el enfermero dejo las flores sobre mis piernas y cerró la puerta.

—Wow, que enfermo más guapo. ¿será soltero?.
—Estas loca, debe tener más de veinte años.
— Un amor prohibido.
— Otra vez tus hormonas hablan por ti, diles que nada de mayores de edad. Recuerda lo que paso la última vez que las escuchamos.
—Fui humillada por un mocoso de doce años.
— Exacto, recuerda esto cada vez que te hablen.

Sus ojos voltearon a la ventana cerrada, con una expresión triste.
— Entonces, tu ya tienes novio... Supongo que te alejaras de mi y me olvidarás cómo la mancha en tu blanca relación. Me borraras de tus recuerdos.
—¿cuál relación?. —reí.
— Tu novio te trajo en la mañana cargando en sus brazos, no finjas.

En ese momento con un ramo de flores y unos chocolates en las manos entro Eros.
— Amanda, creo que habla de mi. — dijo riendo mientras abría la puerta.
—¡Lo sabia!. Ustedes tienen un noviazgo, y Amy no tiene desnutrición ¡esta embarazada de gemelos!.
  ¡Quieras o no te harás responsable de los niños!.
—Alto, solo estoy aquí para llevarla a casa. No me gusta y nunca tendría una relación con ella.
   Además, no me gustan las chiquillas de su 'complexión'. Además Amada es una se ño ri ta.
— Explica esas flores...
— las dejo un niño de estatura baja, muy delgado y con cabello corto. pero no tenia el valor para entrar a dejar estas flores. Tal vez un admirador ja ja.
  Se llamaba Gregor... Grergo..
— ¡¡Gregorio!! — interrumpió cristina con un grito.

POBRE CUPIDO [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora