Loser ~ Kim DongHyuk » iKON

s e i s

El sueño era imposible de venir, estaba asustado, en shock, ojalá nunca la hubiera visto así, o mejor, nunca le hubiera besado a EunHee delante de ella. Tenia remordimientos, no suelo ser impulsivo. Como un perdedor le estoy echando la culpa a ella.

Ahora no era solo la carta, sino era por ella. Le temía a lo que pudiera llegar a hacer, por mi o por lo que sea. Pero mas por ella.

- Dongii, te necesitamos para el juego, ¿vendrás no? Nadie juega como...

- Disculpen, no iré, ya quede con alguien más.

Conteste y me fui hacia la biblioteca.

- Alejate de Dongii, dejalo en paz. Dejalo en paz enfermita.

Escuche esos gritos. Primero no le di importancia, hasta que oí los jadeos de Sara.

- Si seras, dejalo en paz, sabemos que te fue mal en los exámenes a propósito. Fingiendo ignorancia...

Oí un golpe en los casilleros.

- ¡EunHee! - El grito salió de mi sin que me diera cuenta.

Ella no lloraba, su nariz sangraba, todo en ella estaba mal, su cabello y uniforme. Vi unos cuantos moretones.

SoHee llego como un rayo. Me lleve a las otras, antes de que ella matara a todos, incluyéndome.

- ¿Por qué golpeaban a Sarang?

- Dongii, lo descubrimos todo, ella soborna a la maestra e hizo que le fuera mal para que te nombraran su tutor.

No me sorprendí.

- Ella esta loca, es rara, ya te lo hemos dicho mil veces. Aun sigues enseñándole... Alejate antes de que te haga daño.

- Crees que golpeándola, haciéndola sangrar. Ella volverá a ser inteligente... - Dije entre dientes.

Las dos se sintieron a penadas, aunque eran pésimas actrices, sobre todo EunHee.

La siguiente clase ya comenzaba. Música. Vi a Sara entre sus amigas. Como zombie de nuevo. Chequee mi teléfono. Esperaba un mensaje amenazador, pero no había nada allí.

- ¿Moon Sarang? ¿Qué le paso a su rostro?

- Me tropecé en el patio. Caí como tonta...

Sohee puso sus ojos en blanco. Chanwoo me miro preocupado, mientras que los otros rieron.

- Paso un tiempo desde la ultima vez... - El maestro se paro junto al piano. - Kim DongHyuk, ven.

Me llamo, me senté junto al piano.

- Cante. - Dijo con una sonrisa.

Toque algo al azar. Pero alguien se sentó junto a mi.

- Haz esto... - Me gire a verla. - ¿Podrás?

Me sonrió. Parpade doble, asenti. Ella tocaba cada tecla como si fueran a romperse, sus dedos se deslizaban como cuando me tocaba el rostro. Cerré mis ojos e intente escuchar con cuidado. Repetí lo mismo.

Ella se levanto, tomo el lugar del maestro y respiro profundo.

No puedo describir su voz, el piano y ella se unían en mis oídos, disfrutaba su canto y no era el único. Todos se quedaron en silencio. El maestro iba de un lado a otro disfrutando de su voz.

Las oraciones que iban saliendo de su boca. Todo en ella era exquisito. Me sentí afortunado por un momento, como si ella me la dedicara a mi.

Cuando se detuvo, me puse de pie y comencé a aplaudirle. No me fije en los demás, ella se merecía mas que mi ovación.