Capítulo 5.

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Alexia sonrió abiertamente, mostrando una boquita mellada.
La niña alzó los brazos y Natalie acudió a su lado. La abrazó con mucho cariño, deseando también, nunca más soltarla.

-¿Cómo está mi chica favorita?

Noah caminó con lentitud hasta colocarse frente a la camilla donde estaba la niña. Tenía unos ojos muy parecidos a los de Natalie, no tan vivos como los de su hermana pero igual de bonitos. La nariz pequeña y respingona y una boca pequeña y parlanchina. La niña le estaba comentando lo que había hecho durante las horas que no había visto a Natalie. Pero entonces, dejó de mirarla y se centró en él.

-¿Quién eres? -preguntó casi susurrando; se había puesto seria de repente.

-Soy Noah, un amigo de tu hermana -aquella afirmación sorprendió a Natalie, pero no dijo nada. A pesar, de que estaba deseando rebatirselo.

-¿Su novio? -Alexia sonrió con la mirada iluminada.

-No, Alex. Es solo un amigo -contestó Natalie acariciandole la cabeza.

-Es muy guapo, Naty -su hermana siempre la llamaba así y ella no se quejaba. Desde que tenía uso de razón utilizaba ese mote amoroso para dirigirse a ella.

Natalie casi estaba avergonzada por lo directa que era la niña, pero, ¿qué se le iba a hacer? Solo era una cría.

Noah miró a la chica con una ceja alzada. Nunca habría imaginado que ese sobrenombre le gustaría.

-Tú también, Alexia -pronunció el moreno acercándose a ella. Se colocó apoyado en la pared frente a la camilla.

La niña se puso de lado para verlo mejor y no le quitó el ojo de encima, hasta que su hermana la llamó.

-¿Cómo te va con la quimio? -Natalie sabía que no tenía que hacerla pensar o hablar sobre su enfermedad: Leucemia. Pero necesitaba saberlo, necesitaba informarse sobre como se encontraba su hermana.

-Bien. El doctor es muy simpático... ¿Cuántos años tienes, Noah? -Natalie sonrió y como veía que aquellos dos congeniaban, caminó hasta un sillón que había en la esquina de la habitación y se sentó.

-Tengo dieciséis.

-¡Cómo Naty!

-Lo sé, vamos juntos a clases de matemáticas -comentó Noah observando como la niña se ponía de rodillas en la camilla.

-Cuidado, Alex -dijo la chica, comenzando a cerrar los ojos; le empezaban a pesar los párpados.
-Descansa, Natalie. Lo necesitas
-Noah le guiñó un ojo, pero como ésta tenía los ojos cerrados no alcanzó a verlo.

La chica negó con la cabeza y lo miró.

-Tengo que cuidar de Alexia.

-Deja que me cuide Noah.

«Vaya... ¿Noah hasta atrae a las niñas de ocho años? Increíble» Natalie se mordió la lengua para no soltar una risa y asintió. Volvería a hacerlo, volvería a dejarla con Noah si veía de nuevo esa cara de felicidad e ilusión que tenía su hermana.

-¡Bien!

Natalie se acucurró en el sillón como pudo, colocándose bien el vestido porque se le subía por la posición. Se durmió escuchando de fondo risas y pequeños chillidos por parte de Alexia.

-¿Sabías que estoy muy muy enfermita?

A Noah esa declaración le rompió el corazón. Él negó y con la voz recompuesta dijo:

-Si estás que lo rompes, Alex.

-Así solo me llama mi hermana -la niña estaba seria de repente, pero no parecía enfadada. Al contrario, parecía triste cuando miraba a Natalie.

Noah (Pausada)Where stories live. Discover now