Desde aquel día aquel chico no fue el mismo, su actitud arrogante, sus enfados estúpidos, todo se había ido desde aquel incidente que ocurrió hace un año. Gracias a eso se había enfocado en sus estudios universitarios, algo que casi nunca hizo.
Desde que se graduaron de la secundaria Karasuno, La relación de Kageyama Tobio y Hinata Shoyo, ha comenzado a ser más formal. La madre de Hinata pudo aceptar aquella relación, obviamente, la familia de Kageyama era distinta, no aceptarían aquella relación tan fácilmente, aquello provocó que Tobio se marchara de su hogar, vivía en un departamento compartido con Tsukishima, eso solo lo hicieron para poder ahorrar más, tampoco es como si fuesen amigos, solo compañeros de piso.
A medida que el tiempo pasó, a Hinata le diagnosticaron cáncer pulmonar, debido a ello ha pasado un año y medio conectado a una estúpida máquina, Kageyama iba la mayor parte del tiempo a verle, aunque una hora no era suficiente para él, muy pocas veces el hospital le permitía estar hasta tarde, pero eso no sucedía siempre, el cáncer de Hinata ya se había apoderado del órgano mencionado al principio, por lo tanto si no había algún trasplante, su tiempo de vida acabaría. Kageyama era muy consciente de ello, y por eso, quería aprovechar cada minuto que podía estar a su lado.
- Te dije que no vinieras hoy – Se encontraba un peli naranja más pálido de lo habitual, en una camilla recostado una especie de túnica blanca, y con algunos aparatos conectados a él, sin mencionar la mascarilla de oxígeno.
- Quería verte.
- Tobio, me ves todos los días.
- Pero aun así no me es suficiente...
- ... obviamente para mí tampoco idiota, una hora no es suficiente.
- Pero Shoyo, debemos aprovecharlo de alguna manera... y esta es la única forma ante mis ojos.
- Kageyama... ya no vengas...
- ¿Qué –
- No me gusta... Terminas triste... Tsukishima-san cuando viene y pregunto por ti; dice que no te estas alimentando bien... ¿CREES QUE ME ALEGRA OÍR ESO? ... Kageyama... yo me iré... no te aferres a mí... ¡NO ES SANO! ... Shimizu... la enfermera... siempre te ve desanimado a punto de llorar cuando sales de aquí... Tobio... no vengas. Entiende... ya no queda nada para mí, aunque me digan lo contrario, yo sé que no es así. Haz tu vida, podrás volver con tu familia, ve y encuentra a una linda chica que te amé, y que TÚ ames... ve sé feliz, con o sin mí; sonríe para alguien más, solo haz tu vida...
- ¡Estás loco! No pienso dejarte. ¡No ahora, Shoyo!
- Jeh... nunca dije que ahora... pero ya lo harás...
- Lamento interrumpir... pero la hora de visita acaba de llegar, y el médico vendrá a hacerte el chequeo diario Hinata-kun.
- Entiendo, gracias, Shimizu-san, Tobio... debes irte... por favor ya no vuelvas... adiós...
- Vendré mañana quieras o no... hasta mañana...
- Quizás no haya un mañana para mí – aquello último aquel peli naranjo decidió solo susurrarlo, su suerte en ese momento, fue que aquel chico azabache no lo logró escuchar.
Al salir el azabache, el peli naranjo comenzó una charla con la ojiazul.
- Es un chico terco... ¿no crees?
- Hinata-san... no llores...
- Shimizu-san... ¿por qué no solo me desconectas?
- No podría, no es momento para eso, Hinata-san, no te rindas... no aún
