El desenlace

Marinette

-¿Marinette?-dijo Tikki adormecida.

-Uhmm, ¿si Tikki?-contestó la chica aún más adormilada.

-¿Tú no tienes que ir al colegio?-le preguntó mientras se desperezaba.

-¡Dios mío es verdad!-exclamó la muchacha al ver el reloj.-¡Son las nueve y media!-dijo al mismo tiempo que cogió su ropa y comenzó a ponérsela a toda prisa.

-¡Tarde, tarde, llego muy tarde!-coreaba mientras salía corriendo en dirección al colegio François Dupont.

-Mira que eres despistada Marinette-le dijo su kwami en tono amistoso.

-Y pensar que he perdido más de una hora de ver a Adrién...

-Estás obsesionada con ese chico. ¿Lo sabes no?-susurró Tikki.

-Tikki, escóndete o alguien se preguntará que hago hablándo con el cuello de mi camisa.

Tikki se escondió y llegaron al colegio pocos segundos después. Por suerte tenían gimnasia y todos los alumnos estaban bajando las escaleras, así que su profesora no notaría que había llegado tarde.

-¡Marinette, mira que tienes morro, te saltas química pero vienes a hacer gimnasia!-gritó Alya tan alegremente como siempre.

-No, eh...-respondió sin que se le ocurriera ninguna idea para justificar su retraso-...Estaba ocupada.-afirmó sin mucho convencimiento.

-¿Con qué, con tus siestas? Oh, ya veo, solo quieres ver a Adrièn haciendo gimnasia pillina.-contestó Alya en tono cómplice.

La verdad es que Marinette se había dormido de puro agotamiento ;el día anterior Ladybug y Chat Noir habían salvado a París de la nueva villana creada por Lepidóptero: Volpina, que podía crear todo tipo de ilusiones para engañar a los dos superhéroes y conseguir sus prodigios para Lepidóptero. Fue un día duro tanto para Ladybug como para Marinnette, ya que Volpina creó una ilusión de Adrièn, el chico de sus sueños y fingió secuestrarlo. Si Chat Noir y ella no le daban sus Prodigios dejaría caer a Adrièn desde lo alto de la torre Eiffel.

Ladybug le habría dado sus pendientes si su compañero no hubiese golpeado a Adrièn con su bastón para demostrar que era una ilusión. Marinette estaba confusa: ¿como sabía Chat Noir que era una ilusión? Decidió ir a su mansión para cerciorarse de que estaba bien y oyó el ruido de las gotas de agua al caer contra el suelo. Su querido Adrièn estaba perfectamente. Se tranquilizó al saber que efectivamente estaba bien. Con un deje de amargura salió por la ventana y llegó a su casa ,agotada, y se quedó dormida inmediatamente. Sin embargo sabía que le debía una buena a Chat Noir, si no fuera por él Lepidóptero tendría su prodigio y todo París conocería la identidad de la superheroína más famosa de la ciudad.

-¿Hola? Tierra llamando a Marinette, ¿estás ahí?-dijo Alya.

-Sí, perdona, es que ayer tuve un día bastante duro.-añadió la ojiceleste.

-Duro va a ser el castigo que nos va a poner el profe de gimnasia si seguimos charlando en vez de hacer el pino.

-¡Muy cierto!-respondió Marinette mientras que con gran agilidad hacía el pino contra la pared.

Pero estuvo a punto de caerse al darse cuenta que justo enfrente de ella su adorado Adrién hacía el pino con una sola mano con asombrosa maestría. En ese momento se dio cuenta de que él también la estaba mirando.