Por unos días muy felices, Naruto -dijo Shikamaru levantando su copa de champán-. Y noches también-añadió con una sonrisa.
-Gracias -dijo Naruto, devolviéndole la sonrisa.
Estaban en el exterior de la carpa de la Colina del Observatorio, tomando un poco de aire fresco.
Ino y Sakura se habían ido a retocar.
El resto de la familia y amigos estaban en el interior, pero Naruto no quería circular entre ellos sin llevar a su flamante esposa del brazo.
-La mujer apropiada, en el lugar apropiado y en el momento oportuno. ¿Sabes qué día es hoy?
- Hoy es el día en que Julio César fue derrotado.
Naruto rió a carcajadas.
-Yo renunciaría a cualquier corona por tener a Sakura por esposa. Es la única fecha que quedaba libre este mes para celebrar aquí la boda y no queríamos esperar más.
-Pero si solo han pasado cuatro meses -le recordó Shikamaru.
Naruto negó con la cabeza. Llevaba esperando toda la vida.
-Ino insiste en que embistes como un toro.
-Bueno, no parece que vosotros os estéis durmiendo en los laureles, querido amigo. Menuda esmeralda lleva Ino en su anillo de compromiso.
-No quiero perder a esa mujer. Pero aún tenemos mucho de qué hablar.
-Cada uno a su ritmo Shika.
-Estoy de acuerdo. Los dos hemos salido vencedores, y eso que aún no hemos cumplido los treinta y uno -declaró Shikamaru lleno de satisfacción.
Naruto sonrió por la costumbre de su amigo de echar siempre cuentas. La edad no tenía nada que ver con lo que sentía por Sakura. Ella había iluminado su vida de muchas maneras. Se maravillaba de lo afortunado que había sido. Sakura había decidido vengarse y el resultado había sido perfecto.
Desde luego, había sido una buena idea celebrar su boda en el mismo sitio en el que se habían encontrado. La magia había funcionado en ese lugar y siempre sería muy especial para ellos.
-¿Qué estáis haciendo aquí fuera?
Los dos se volvieron a mirar a Sasori.
-Esperando por nuestras mujeres -respondió Shikamaru. Nos han dejado para empolvarse la nariz.
-Unas narices muy bonitas -comentó Sasori sonriéndoles-. Tengo que deciros que habéis encontrado unas joyas.
Naruto se sintió obligado a preguntar a su hermano:-¿Sin rencores, Sasori?
En un primer momento, Sasori se quedó sorprendido, pero poco a poco fue comprendiendo.
-¿Por Sakura?
-Estabas colado por ella...
-Fue una obsesión de juventud -dijo Sasori quitándole importancia-. De hecho, me alegro mucho de que hayáis acabado juntos. Ojala no me hubiera puesto tan pesado hace nueve años. Entonces, no me di cuenta de que estaba fastidiando algo realmente especial; pero ahora lo veo claro. De verdad, Naruto, me alegro muchísimo por los dos.
Naruto dio un paso al frente con la mano extendida ofreciéndosela a su hermano y Naruto la apretó con aprecio.
-Gracias, Sasori.
Sakura e Ino aparecieron en ese momento.
-Shikamaru, la orquesta está tocando un tango. ¿Vamos a bailar?
-Claro, preciosa.
Le dejó la copa de champán a Sasori y se acercó a Ino bailando. Shikamaru se la llevó a dentro. La felicidad que emanaban dejó a los otros tres sonriendo.
-¿Quieres bailar tú también? -le preguntó Naruto a Sakura.
-Prefiero quedarme aquí un rato contigo.
-¡Bien! -dijo Sasori y le tomó la copa de champán a Naruto-, Un buen padrino sabe cómo cuidar de las necesidades de los novios-. Antes de desaparecer añadió-: lo mejor que Naruto ha hecho en su vida; traerte a ti a la familia. Desde luego, estáis hechos el uno para el otro.
-Gracias, Sasori -dijo Sakura.
Vio cómo se dirigía hacia la carpa y después miró a Naruto inquisitiva.
-Solo quiere dejar clara su postura. No hay ningún problema con él. Se alegra por nosotros-le aseguró Naruto.
-Para mí, solo fue y es, tu hermano.
-Lo sé.
El sentimiento de lo afortunado que era se acentuó al verla acercarse... Estaba tan guapa vestida de novia, parecía un hada... Pero lo más precioso de todo era el amor que reflejaban sus ojos.
Y la confianza que ya no iba a perder nunca.
Él extendió las manos y la envolvió con los brazos. Ella rodeó su cuello con los suyos.
-Llevas el reloj que te regalé -dijo Sakura-. No me di cuenta hasta que alzaste el brazo para brindar con mis padres.
-Me apeteció llevarlo hoy. Te amo, Sakura. Para mí nunca habrá nadie más.
-Tampoco para mí -dijo en un murmullo-. Siempre fuiste el único... el amor de mi vida.
Y eso era la cosa más mágica de todas, pensó Naruto mientras la besaba, que cuando el Destino volvió a cruzar sus caminos, ella todavía lo quería.
Él tuvo la oportunidad de descubrir que ella era la mujer que esperaba.
La única.
Su esposa... su alma gemela... el amor de su vida.
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