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Nacho había estado con alguien, esa mancha en el cuello lo delataba. Él se tiró en el sofa del comedor y espere unos minutos para acercarme a hablarle.

-Nacho -murmuré, el dio un fuerte ronquido, no recibí alguna otra respuesta de su parte.

Caminé hacia mi pieza, con algo de pesadez en los pies. Sentía que algo se había quebrado drento de mí. Logré conseguir el sueño casi a las cinco de la mañana, cuando desperté me cambie y cepille los dientes además de peinarme el pelo.
Entre en el comedor y miré al sofá, Nacho seguía durmiendo. Agarre mi billetera y salí de casa para ir a comprar. Camine unas cuadras tratando de despejar mi cabeza pero me fue imposible.

-¡Buen día Flor! -me saludó Raul, el hombre del kiosko-

-Buenos días.

-¿como estás? Te veo medio cabizbaja hoy.

-¿Hmm? -lo mire a los ojos y entonces me quebre. Raul me conocía bastante, era como un papá para mí.

-Estoy bien, gracias por preocuparte Raul. -seque una lagrima que se había escurrido de mis ojos.
Compré lo que necesitaba y me dirigí otra vez a casa. Para mi sorpresa cuando llegue Nacho ya estaba despierto, estaba sentado en el sofá.
Me límite a mirarlo al igual que él a mí, pasaron varios minutos hasta que el rompió el silencio.

-Flor yo... tengo muchas cosas para decirte, muchas cosas que hice de las cuales me arrepiento ahora.

-Todo. Decime todo, Nacho. Aunque me rompas el corazón.

Él me miro a los ojos y empezó a hablar -Anoche fui a una fiesta y estuve con una chica. Te pido por favor Flor que me perdones, no estaba muy conciente de lo que estaba haciendo.

-¿Que fue lo que paso con la chica?

-Besos. Y manos malditas. -bajó la mirada, con cada palabra me rompía más. Nunca había desconfiado de él y ahora me hacia esto.

-En resumen : me engañaste.

-Flor yo te pido que me perdones yo...

-¡Basta Nacho! Solamente deci que si; no sirve de nada que lo sigas negando. Me engañas..

-sí - me interrumpió. - te engañe y me arrepiento.

Se tiró al piso y se arrodilló frente a mí -Perdoname por favor, se que no lo merezco y te voy a entender si no lo queres hacer, pero yo te amo.

-Si -miré al techo- te voy a perdonar. Porque no soy una persona rencorosa, pero no quiero que me llames en un par de días. Necesito asimilarlo.

Él se paro y agarró mi cara intentando darme un beso, más no lo logró porque le corrí la cara.
Caminé hacia la puerta y la abrí indicándole que era hora de que se vaya. Él pareció entenderlo ya que cruzó la puerta y se fue. Espere unos minutos y después cerre la puerta apoyandome en esta mientras abrazaba mis piernas y dejaba que unas lagrimas salieran.

Felicity , for now? | Nayano Where stories live. Discover now