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—Tienes que soltarte un poco más con él, ya sabes, le va la marcha, lo excitante —sonrió Natasha mientras te recomendaba que hacer para conquistar a Tony.
—Tal vez, tengas razón —admitiste.
—Así que ahora búscalo y suéltaselo todo, con dos ovarios —te animó.
—D-de acuerdo —sonreíste nerviosa—. Estaba en el laboratorio, ¿no?
—¡Sí! ¡Venga, ve ya! —gritó sin parar de reír mientras te dirigías al ascensor de la Torre Stark.
—Vale, allá voy —respiraste profundamente y pulsaste el botón del piso en el que se encontraba el laboratorio de Tony.
Te miraste en el espejo del ascensor. Ibas demasiado arreglada para el gusto de Tony, una camisa bastante floja y larga con unos pantalones ajustados normales. Dispuesta a hacer lo que fuera por conseguir al famoso Iron-Man, desabrochaste unos cuantos botones de tu camisa desde arriba formándose un pequeño escote, y metiste la parte holgada dentro del pantalón dejando a la vista tu parte de atrás. Ya estabas lista.
Ya en la planta correcta, saliste convencida del ascensor hacia el laboratorio. Las puertas se abrieron dejándote pasar y pudiste ver a Tony concentrado mirando unos paneles que había en su mesa.
Él mismo se dió cuenta de tu presencia y se extrañó al verte.
—Hola, Tony —moviste tus caderas provocativamente mientras te acercabas hacia él, y el científico lo notó.
—¿Q-qué te trae por aquí? —preguntó de nuevo algo nervioso debido a tu cercanía.
Rápidamente, lo cogiste de su camiseta y lo apoyaste en la pared con fuerza con la ayuda de tus habilidades de combate.
—Tony, tengo que decirte algo —intentaste imitar una voz seductora, pero tu propia personalidad salió a la luz por culpa de los nervios—. Yo e-estoy, tú... —quitaste tus manos de su camiseta y las pusiste en tu cabeza nerviosa. Tony te miró extrañado—. ¡No puedo hacerlo! ¡No soy así, no puedo! —te giraste quedando cara a cara con Stark.
—No entiendo nada, (T/N) —frunció el ceño.
—¿Sabes? ¡Me encantas, Tony! Y no sabía cómo hacer para que te enteraras, así que le pedí consejo a Nat y me dijo que me tenía que soltar un poco más contigo, ya que bueno, eso te atrae. Así que, me arreglé algo a "tu gusto" y actué de manera provocativa sólo para ti —finalizaste respirando pesadamente.
—Vaya, ahora que sé que te encanto, ¿qué tal si te digo que vuelves loco a este apuesto hombre de aquí? —una sonrisa socarrona apareció en sus labios.
—¿Qué coj-? —no te dejó terminar uniendo sus labios con los tuyos.
Vuestras bocas se movían al mismo ritmo de forma necesitada, lo que habías esperado durante muchísimo tiempo por fin estaba pasando. Os separasteis y miraste sorprendida a Tony.
—No me lo creo —suspiraste.
—Bueno, no me puedo resistir a una chica que le quedan también estos pantalones —lamió su labio inferior y tú te sonrojaste mientras reías.
