Claveles

453 56 31
                                    


El chico de gafas pequeñas sostiene con indiferencia la bella flor escarlata entre sus dedos, alzando su delgado brazo para ella alcanzarla. Yo me encuentro allí, alejada de todo como siempre, observando cada detalle de su rostro mientras recibe aquel inesperado, insignificante y anónimo regalo.

Ella lo toma confundida y se devuelve a su asiento una vez más mientras posa su mirada en la pequeña nota que cuelga del tallo, como creyendo que contiene algo más relevante que una simple letra, una inicial de un nombre desconocido.

Un clavel. Un simple detalle que significa probablemente mucho más para mí que para ella misma, siendo que debería ser al revés; al menos en mi caso lo sería. Un simple símbolo de todo aquello que hago y haría por ella, de cada manera de demostrarle mis honestas y puras intenciones.

Luego de no lograr descifrar el momentáneo misterio de la flor rojiza, la deja a un lado sobre su mesa y no puedo evitar sentir aquel abandono exagerado producido por mi imaginación que lo único que hace es acompañar a mi corazón en su aventura romántica de mentiras. ¿Por qué me afecta tanto?

Mi clavel será un recuerdo más que ella sí abandonará, pues no lo necesita, no como yo lo hago. Lo atesoraré entre las otras drogas, a un lado del estómago, donde se supone que habitan mis mariposas sensibles. Mas no, es solamente una fábrica averiada de sonrisas que se acerca al borde de desmoronarse a causa de las miradas cargadas de sentimientos no correspondidos.

Y otra vez divagando me escapaba de la realidad. Ella camina de un lado a otro concentrada en sus asuntos y, de pronto, se voltea hacia mí al sentir mi mirada penetrante. Inmediatamente la desvío sintiendo mis mejillas entibiarse y de reojo la veo gesticular una risa silenciosa, para luego continuar con lo que hacía previamente.

Un clavel rojo significa tanto para mí y tan poco para ella. Aquí es un acto de valentía, el fruto de un plan, una declaración; allá es nada más que unas pocas monedas gastadas en una pequeña planta que ni siquiera fue capaz de florecer. Es tan duro saber que nunca será más que eso.

 Es tan duro saber que nunca será más que eso

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Para EllaWhere stories live. Discover now