Capítulo 72

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No puedo negar que la cena estuvo deliciosa, terminamos con un pay de maracuyá, no dejo de mirar el paisaje, mientras caminamos hacia el auto de Daniel tomados de la mano me doy cuenta que me siento tranquila a su lado pero también soy consciente que nos falta mucho para lograr tener una relación estable donde ambos confiemos al 100% en el otro, Daniel abre la puerta del conductor, subo, cierra y no tarda en subir, el camino de regreso es silencioso pero es agradable, me siento cansada, decido apoyar la cabeza en la ventana cierro los ojos.

Siento que el auto se detiene, mis parpados pesan demasiado, cuando estoy por obligarme a abrirlos la puerta de conductor se abre, siento el aire frío, me quitan el cinturón, no tardo en sentir sus brazos y segundos después tengo la cabeza en el pecho de Daniel, me lleva en brazos, escucho como se cierra la puerta, no se detiene y no tardo en escuchar que una puerta se cierra.

Me pregunto si se quedara a dormir conmigo, supongo que no, no trajo ropa, es muy poco probable que deje que Santiago le preste algo, siento como me recuesta en la cama suave, el aroma de Daniel está impregnado no solo en las sabanas si no también el la almohada de la cual no dudo en abrazarme, sonrió, otra puerta se sierra y escucho que le dice buenas noches a alguien, de repente me doy cuenta de algo, esta cama es familiar para mí pero no porque sea la mía!! Abro los ojos, no me equivoque, estoy en su habitación, estoy en su casa!!! La luz de las lámparas iluminan la habitación junto con la luz de la luna que entra por la ventana gracias a que las cortinas están abiertas.

- Daniel...- abre la puerta del balcón, se gira, me sonríe-...porque me trajiste aquí?...- la sonrisa no desaparece, se acerca a mí, gatea en la cama, se pone de rodillas toma mis caderas con sus manos y me atrae hacia él, una risa nerviosa sale de mi boca, está sobre mí, tiene las rodillas a ambos lados de mi cadera, toma mis muñecas, se recuesta sobre mi cuerpo sin poner todo su peso y queda a un par de centímetros de mi rostro-

- porque esta es tu casa, tu lugar es a mi lado...- no tengo oportunidad de responder, me besa, se apodera de mi boca, en segundos siento su lengua en mi boca y no dudo en responder, el cansancio desaparece y la lujuria se apodera de mi, quiero tocarlo pero sigue sujetándome mis muñecas, mi cuerpo arde de pasión, muevo un poco las caderas pero no tarda en apretarme con sus piernas, termina el beso y yo me quejo, nuestras respiraciones están agitadas pero quiero más, necesito más, une nuestras frentes, le falta aliento-...me vuelves loco, en todos los sentidos pero no creo que sea prudente hacerte el amor, acabas de salir del hospital...- quiero decirle que siga que hace mucho que no me siento tan bien pero cuando voy a hacerlo siento una punzada en el pecho-

- no puedes hacer esto...- se separa, arruga su frente, se ve confundido-...no puedes besarme así y después dejarme toda alborotada, no es justo...- ríe y me contagia su risa-

- no eres la única que se está alborotada...- se mueve, abro las piernas, él se acomoda en medio, hace una presiento y siento su virilidad, río, al parecer no miente-

- es tu culpa, no debiste hacer eso...- me da un pequeño beso, sus ojos brillan, sus pupilas están dilatadas pero el tono verde aun es notorio, se levanta, me ofrece su mano, la tomo-...no tengo ropa...-

- claro que si...- me suelta, camina hasta su armario, cuando lo abre veo ropa de mujer dentro, no reconozco nada, me tenso al pensar que puede ser ropa de Teresa pero intento descartar la idea-...la trajeron hoy, quería que fuera un regalo y que estuviera tuvieras de todo para cuando tu regresaras, al parecer lo hice justo a tiempo...- eso me relaja-...estaré en el balcón...- sale de la habitación, pero antes cierra las cortinas, me cambio de prisa, me lavo la cara en el baño para quitarme el maquillaje, salgo al balcón con un short y una solera, Daniel mira el jardín, parece perdido en el paisaje-

El NegocioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora