Just A Little Lie [h.s (Marcel)]

Just A Little Lie (Cap.11)

-¿Qué tal el plan "ablandar a la chica dura"? -Rió Dana cambiando de tema, dejando atrás lo trivial.

-Creo que he desistido. No estoy para tonterías. Si no le interesamos no voy a seguir detrás suyo. -Dije sonriendo de lado. Pude ver como Dana levantaba los hombros sentandose en mi mesa.

-¿Una vez más? Venga, ella acaba de entrar y me encanta ver su cara cuando la molestas. -Rió juntando ambas manos en frente de mi cara en modo de suplica. Solté un suspiro levantandome de la silla.

-Y ya no más. -Dije cansado y Dana me sonrió y besó mi mejilla.

-Hola.

-¿Tú otra vez, mocoso? -Dijo. Como si fuese mucho mayor que yo. Já.

-No soy un mocoso. ¿Cuántos años tienes tú?

-18.

-¿Y cuántos te crees que tengo yo? -Reí suavemente intentando esconder mi voz. Carraspeé.

-¿16? Por dios, no me he parado a pensar. No me importas. -Dijo separando cada palabra. Como si fuese tonto..

-Pues vas equivocada. -No pensaba decirle mi edad. ¿Para qué? -¿Qué haces? -Cambié de tema. No quería cabrearme de buena mañana. No estaba para bromas.

-Que no te importa. Lárgate. -Se quedó unos segundos en silencio, pero no creo que fuese para pensar en lo que iba a decir- No, mejor mátate, le harás un favor a la comunidad. -Golpeé la mesa con mi puño. Esa, justo esa, fue la gota que colmó el vaso. Cogí aire agarrando a Mary del brazo, había querido ser amable, joder. Ella intentó zafarse de mi agarre pero, claramente, los músculos escondidos bajo mi chaleco eran un punto a favor.

-Suéltame, ¿Quién te crees? -Gritó. La gente del aula nos miraba divertidos. Ella solo pataleaba y yo la arrastraba fuera. Esquivando a los profesores la llevé a los baños masculinos.

-Que asco. -Dijo al entrar. La verdad es que el olor no era el mejor del mundo.

-Mira niña. -Dije con mi voz normal. Ella se quedó helada por unos segundos.

-¿Marcel?

-Me tienes harto. -Le dije paseandome por la pequeña sala, tirando mi cabello hacia atrás. -He intentado ser paciente y Dios sabe que no quería llegar a esto. -Mary se asustó, su respiración agitada la delataba. Reí para mis adentros. No quería hacerle nada, tan solo pretendía quejarme de su comportamiento, pero esto sería divertido. La iba a hacer sufrir por un rato. -Pero soy muy peligroso. -Gruñí evitando que se me escapase una carcajada. Me acerqué a ella y pude notar como su mandíbula se tensaba. Me coloqué frente a ella juntando sus ojos con los míos. Solté un corto beso en su cuello provocando que sus piernas temblasen. Aprovechando el momento. -Yo no.. -No pude evitar soltar una carcajada. Ella frunció el ceño al verme. -Vale.. -No podía, me faltaba el aire- Eso fue muy bueno. -Coloqué una mano en mi pecho sin parar de reír. Levanté la vista. Mary había cruzado los brazos encima de su pecho.

-¿Qué creías que te haría? -Sequé una lágrima de mi ojo derecho, levantando un poco las gafas.

-Cállate. -Se quejó- Idiota. -Murmuró. Me mordí el labio recobrando la compostura. La verdad es que era mucho más alto que ella.

-No te lo tomes a mal. -Le dije juntando mis labios.

-¿Que no? -Ella me golpeó el pecho. -Eres un imbécil. ¿Y tu voz? -Me preguntó.

-Es un secreto. -Le guiñé un ojo abriendo la puerta. A todo esto la gente ya estaba en las clases.

-¿Qué? No, espera, ahora dímelo. -Dijo siguiendome. Tiré la cabeza hacia atrás sonriendo.