Latidos.

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Durante la noche solo me mantuve oyendo mis suaves latidos, el como surgían del silencio brindado por la oscuridad.

El reflejo que la luna dejaba en el suelo de mi habitación , las estrellas eran solo puntos blancos en todas partes, y dejaban a la vista las partículas de polvo que yacían en el aire, Oí una tenue voz saliendo de la fría noche, susurraba que habrá mis ojos.

-Naima, hey..despierta- replico la voz gentilmente.

-hmmn...

-Hola, perdón que te haya despertado

Distinguí una suave sombra, era un chico, estaba sonriendo, recordé que Alioth podría venir, desperté de un salto, recomponiendome enseguida. choque sin querer mi cabeza con la de él.

- ¡Ay!- dijimos al mismo tiempo.

Él puso su mano cubriendo su frente, al parecer el golpe le causo dolor ademas de asustarle un poco.

-L-lo siento-dije mientras frotaba mi rostro para ademas de pasar un poco mas rápido el dolor, despertarme más.

-Esta bien, solo que eso... me sorprendió un poco, ¿tu como estas? ademas de dormida- dijo alioth con una pequeña sonrisa.

-Supongo que estoy mejor, y ... no estaba dormida, estaba escuchando- dije justificandome inútilmente.

-¿Escuchando que?- dijo con un tono burlón.

-Los latidos de mi corazón,

-¿Los latidos de tu corazón? 

-Si.

-Que... Divertido, debe ser lindo oírlos.

-¿No puedes oír los tuyos?

Alioth negó, y agrego:

-No tengo latidos, no creo que siquiera tanga corazón- menciono con cierto tono avergonzado con una mano apoyada donde dicho órgano debía estar.

-Si debes tener un corazón, solo que debe ser tan frágil que no puedes oírlo, pero quizá yo si pueda oírlo.

-¿Tu?

-Dicen que tengo muy buen oído.-dije encogiendome de hombros.

-Un día te dejare intentar- respondió mientras se sentaba a mi lado.

-¿Hoy no?- No debí decir eso, ya que solo el pensar estar tan cerca de el disparo mis nervios.

-Aun me da vergüenza que estemos juntos en el mismo sitio, imagínate estando tu tan cerca para oír mis ''latidos''- note como el rubor subió por sus mejillas, parecía un niño pequeño cuando estaba así.

-Esta bien, a mi también me hace sentir así-afirme.

-¿Por que nos sentimos así?- su rostro estaba evitándome, con sus ojos contemplando lo que había mas haya de la ventana.

-No lo se- mentí- Quizá solo esta escrito en las galaxias el que así nos sintamos.

Quisiera decirle todo y ser sincera con él, el poder decirle sobre los universos que el libera dentro de mi.

-Quisiera que las galaxias sean menos confusas.

-Yo igual.

Él me miro y me dedico esas sonrisas que hacen que mis estrellas colapsen, le sonreí en respuesta.

-¿quieres quedarte conmigo y oír música toda la noche?-dije con algo de esperanza.

-Claro.

Puse algo de música en mi celular y le tendí un auricular, el algo extraño se lo puso evitando sus movimientos algo torpes por los nervios.

Nos tendimos en la cama, cada uno en una mitad de la cama, compartiendo los auriculares y yo deseando el poder oír algún día sus latidos y que el sienta que lo abrazo a través de ellos.





El chico de las estrellas. (borrador)Where stories live. Discover now