CAPÍTULO 12

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Dedicado a:Alee-Becker

Solo una semana...

No sabía el por qué pero ver a James en mi habitación de noche no me sorprendía.

-James ¿Puedo saber por qué el motivo de su visita?
-Nesecitaba hablar con usted.
-¿No podía esperar hasta mañana?
-No, claro que no. Mañana desde muy temprano ya no estaré aquí.
-¿Se irá?
-Nesecito irme a ver unos asuntos, más bien negocios de mi padre. Nada serio a mi parecer. Pero regresaré una semana antes del baile.
-Esta bien.
-No me perdería el baile de compromiso.
-Mi madre lo mataría por eso.

Lo mire con triztesa. Si hiba a extrañarlo. Poco tiempo habíamos convivido pero ya me había acostumbrado a su presencia.

Pude notar que el también estaba trizte, pero "Solo seria una semana".

-Sus negocios no pueden esperar ¿No es así?
-Nada me gustaría más que quedarme junto a usted pero debo atender estos asuntos con urgencia.
-O, entiendo.
-¿Es que acaso me extrañará?
-No tiene tanta suerte.
-Aun que no lo admita lo se.
-¿Como puede estar seguro?
-Su mirada la delata lizzy.
-Si, es verdad.
-Regresaré lo más pronto posible.
-Tenga cuidado.
-Lo tendré.

Después de eso, me dio un beso en la mejilla, hizo una reverencia y se fue.

Aun me parecía tierno esos gestos de su parte. De echo me encantaban.

Me recordaba a mi padre. Mi padre era muy tierno, detallista y romántico con mi padre.

¿Cómo una niña podía fijarse en ello? Bueno yo era una niña muy inteligente y despistada.

Amaba como mi padre miraba a mi madre. Podía verse en tan solo su mirada, cuanto amaba a mi madre.

Una señorita tendría suerte si se encontrase un hombre como mi padre.

Normalmente los hombres se dedican a sus negocios, a las apuestas y engañar a sus esposas.

Pero mi padre era lo contrario. Siempre que regresaba de alguno de sus viajes de negocios le traía un detalle a mi madre.

Siempre la abrazaba y la besaba sin importarle que los vieran. No lo hacían en público aproposito.

Pero podía verse que mi padre estaba orgulloso de la hermosa mujer con la que se había casado.

Y yo, yo era su mundo. Me amaba al igual que a mi madre.

El mismo me enseñó el baile. Mis abuelos lo reprendian ya que esta era una de las cosas que una institutriz debía enseñarme.

Pero mi padre procuraba pasar el mayor tiempo posible cerca de mi.

Realmente me trataba como a una princesa y a mi madre la trataba como a una reina.

El ver a James así, me recordaba en algunos aspectos a mi padre.

James podía ser un idiota cuando se lo proponía.

Pero últimamente se había estado portando como todo un caballero.

Casi podía olvidar lo que me había dicho aquel día en la librería.

Esta noche tampoco dormiría. Un rubor subió por mis mejillas al recordar que el me había besado.

Y como olvidar lo que dijo: "Recuerde que será mi esposa y en unos meses exigiré algo más que solo un beso".

Sentí que me puse más roja de lo que se podía. ¿Algo más que un beso?.

Si sabía a lo que se refería con esas palabras. Me llenaba de terror pensar en ello.

"Por ti, jamás" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora