El comienzo.

448 26 3
                                    

Era una chica morena, tímida, simpática y sin duda capaz de hacer feliz a las personas que más la querían.

Nuestra historia comenzó de niños, cuando conoció a mi hermano, se hizo su amigo y gracias a eso yo te conocí. De pequeños vivíamos en el mismo barrio y siempre tenías algo en mente, EL FÚTBOL. Os llevabais genial, estabais todo el dia juntos jugando y me empecé a enamorar de tí. El tiempo nos separó debido a tu entrada en la cantera colchonera y que mi familia y yo nos mudamos.

Nos encontramos en la playa, tú estabas jugando un torneo y yo estaba de vacaciones con mis amigas. Ese día a los jugadores os dieron el día libre y te encontré junto a David y a Álvaro en el concierto de Coca Cola Music Experience. Por casualidad giramos la cabeza y nos encontramos. Lentamente nos fuimos acercando el uno hacia el otro, dándonos cuenta de que había sido un flechazo en toda regla.

Koke: Hola, ¿cómo te llamas?
Yo: Nuri y ¿tú?
Koke: Me llamo Jorge aunque todo el mundo me llama Koke. ¿Qué tal?
Yo: Muy bien y ¿tú?

(Cada vez nos estábamos acercando más y yo me enamoraba aún más de esos ojos que me tienen loca)

Koke: Genial, ¿te apetece tomar algo?
Yo: Vale, un Nestea plis
Koke: ¿Me acompañas a por el?
Yo: Claro

Estábamos llegando al puesto de refrescos y nos empezamos a mirar como si no hubiera un mañana, como si se parara el tiempo y me sonrió y yo le sonreí. Me invitó al Nestea y volvimos hacia la pista, nos volvimos cada uno hacia nuestros amigos, nos sonreímos y nos fuimos. Pero Koke me dijo una cosa

Koke: Me lo he pasado genial este ratito contigo. ¿Me das tu número y hablamos?
Yo: Claro y le dicté 6********
Koke: Luego te escribo
Yo: ( Cuando se refiere luego, ¿en 5 minutos, 2 horas, 1 día? )

Nos volvimos y terminamos de disfrutar del concierto. Acabó a las 2 y tuvimos que volvernos andando al apartamento y ellos al hotel; nos encontramos de camino, nos miramos, nos volvimos a mirar y finalmente separamos nuestras miradas y nos despedimos.

Cuando llegamos al apartamento, abrí la nevera y me cogí un vaso de leche y me lo lleve a la cama, me puse el pijama, me hice un moño y me fui a dormir. Pero no podía, me había enamorado de alguien que no paraba de pensar en él y sin duda no pude dormir esa noche porque me tenía loca ese chico.

CONTINUARÁ EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

Contigo.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt