No todo era perfecto entre nosotros, claro.
Cómo olvidar los días nublosos, un cielo gris, una tormenta, y nada más que rayos, aunque no sólo era el clima. Sé que estabas triste, Tyler, yo más que nadie podía saberlo, esos días en que no salías de la habitación, o cuando no comías nada, días en los que no me hablabas por horas, que ni un abrazo o palabras bonitas podían arreglar.
Esas tempestades eran como las de Jupiter.