Capítulo 10.

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¿Qué hacía él aquí? Una gota de sudor frío recorrió mi espalda, apenas podía respirar y mis manos estaban comenzando a temblar. Su expresión cambió al verme haciendo todo eso así que se acercó a mí pasando su brazo por mi espalda.

-¿Estás bien?-

Asentí y le dediqué una sonrisa falsa. De no sé donde saqué fuerza y me aparté del agarre que hacía en mi espalda, yéndome hacia la puerta de mi casa. Mientras intentaba abrirla dije entre dientes:

-¿Cómo se dio la noche con tu amiga?-Sí, parecía una auténtica celosa.

Tosió dos o tres veces seguidas hasta que por fin pudo hablar.

-Pues terminamos de cenar y ella se fue a su casa.-Estaba mintiendo.

-Ah.-Dije mientras pude abrir la puerta y pasar por fin. Me giré como si fuera la mayor de las divas y le dediqué una sonrisa.-¿Quieres algo?

Confundido se rascó la nuca mientras desviaba su mirada para no encontrarse con mis ojos que los fulminaban.-No...Yo solo quería verte. Nada mas.-Parecía triste y eso me desgarró el alma. Interiormente me frené y me di cuenta de que ya me había fallado dos veces y que de la última vez ni él se había dado cuenta.-Bueno yo mejor me voy, supongo que estarás ocupada...-

-Sí, me debo de vestir que en unas horas tengo que ir al trabajo. Nos vemos allí.

Y sin esperar ni más ni menos le cerré la puerta en las narices dejándole preocupado y a mí aturdida. ¿Por qué me dolía tanto? Te odio John Cena...

                                                                                       *  *  *

Llevaba unas horas en las que solo subía y bajaba cosas de estantes. Estaba demasiado cansada y aún me quedaban otras tres horas hasta que pudiera irme. Entre cajas de cartón suspiraba cada medio minuto. A veces la mirada triste y confundida de John se paseaba por mi mente haciéndome sentir el ser más maléfico y miserable de la tierra. Si es que yo no valía para ser la dura... Otro suspiro. Mientras organizaba uno de los últimos estantes se escucharon pasos que se aproximaban hacia donde estaba yo. De pronto la puerta se abrió y apareció Steve Robinson, encargado de situar a cada uno en su puesto, y traes él ¡Era Shane! Frunciendo el ceño me quedé mirando esa situación. Mi rescatador no me apartaba la vista, a pesar de que Steve le estaba explicando que sería mi compañero de fatigas ordenando todo este desastre. Cuando nos quedamos solos no supe que decirle hasta que encontré las palabras exactas.

-Tú...-

-Te dije que nos veríamos más pronto de lo que pensabas...-Dijo riéndose.-Seré tu compañero aquí.

-¿En serio? Guau... ¿Y cómo me conociste la otra noche?

Comenzamos a limpiar todo aquello, he de admitir que era un excelente compañero y al menos su presencia hacía que me olvidara de John aunque fueran unas horas.

-Miré en tu bolso.-Dije soltándolo de golpe.

-¿Qué?-

Comenzó a reírse mientras yo le levantaba la mano.

-Eso no se hace. Estás loco.-'

-Debo de saber a quien salvo...-

Entre risas y falsos golpes apareció John ¿malhumorado?

-¿Podéis hacer menos ruido? Hay una reunión al lado.

Cuando lo vi y escuché su voz sentí un enorme vacío y es que después su mirada luchaba por encontrar mis ojos. Sentí un gran enorme escalofrío que mi hirió realmente. Tras esto desapareció dejando el ambiente un poco tenso. Shane ordenaba cajas mientras yo hacía un pequeño inventario, pero ninguno de los dos se dirigía la palabra. Cuando quedaba una hora para poder salir por fin, terminamos.

-Nos merecemos un refresco.-Dijo él.

Asentí y juntos nos dirigimos hacia la cafetería. Por los pasillos se escuchaba el sonido de las pesas y muchos murmullos en diferentes habitaciones. Llegamos a la cafetería y como no, a mí nunca me va a pasar que tenga un buen día, no. John estaba besándose con la rubia del otro día. Oh vamos quiero más suerte por Dios.

Tú, mi mejor yo.{John Cena}Where stories live. Discover now