veintiuno

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"Yo me refería...me refería a que quizás no deberíamos estar en público, al menos hasta que se calme todo esto del drama entre Mauricio y yo" él asintió, pareciendo entender.

"Si quieres nos podemos ir ahora mismo, o podemos vitrinear un poco, como tu quieras, mientras estemos juntos"

Mi corazón. Cristopher era lo mejor del mundo.

Cuando terminamos de comer, tomamos nuestras cosas, él quiso cargar a mi bebé así que yo tomé el bolso y fui a botar la basura y dejar las bandejas. Decidimos que era mejor irnos a la casa y ver alguna película o algo. Bajamos rápidamente y en el subterráneo nos encontramos con algunos periodistas y papparazzis. Ugh, como los detesto. Cris tomó mi mano y pasamos rápidamente entre ellos, ignorando todas sus preguntas.

Subimos rápidamente al auto y salimos de ahí.

Esto no estaba saliendo bien. Mi celular vibró nuevamente y lo tomé. Era otro mensaje de Mauricio.

De: Estúpido.
¿COSTANERA CENTER?
¿ME ESTAI WEBEANDO?
Te acabo de decir hace
no más de media hora que
es mejor que evitemos
lugares concurridos.

Oops, las noticias viajaban rápido. Nos detuvimos en un semáforo en rojo y mi teléfono fue rápidamente arrebatado de mis manos. ¿Qué onda? Miré a Cris, que tenía el ceño fruncido. Leyó el mensaje y vi que subió, leyendo los otros. Miré al frente, rogando que estuviera en verde el semáforo, pero estos estúpidos aparatos son de tiempos demasiado largos. Cristopher me devolvió el celular.

"Buen nombre le pusiste" murmuró cuando el semáforo se puso verde y avanzamos. "Pero no le compro la mierda de que se preocupa por ti..." lo miré sin entender, bueno, yo tampoco se lo compraba pero pucha hacía el vago intento de parecer preocupado al menos. "Está celoso, ¿Te diste cuenta?" me miró de reojo.

"N-no" lo miré, esperando una explicación, pero nunca llegó.

Suspiré.

Estábamos próximos a llegar a mi casa cuando él volvió a hablar.

"¿Te puedo pedir un favor?" pregunto él,  algo inseguro.

"Sí, lo que sea" tomé su mano para tranquilizarlo.

"Si te pido que... Si te pido que no le hables más, ¿Lo harías?"

¿Qué? Me estaba pidiendo que no hablara más con Mauricio... Igual era algo que podía hacer, el problema era que él dejara de hablarme. Me dio tanta ternura el verlo así, pero a la vez me sentí culpable.

Cristopher no me lo pediría si yo no estuviese actuando como estoy actuando.

"Obvio que sí, Cris" contesté. Él sonrió relajado.

Al llegar a mi casa vi un auto estacionado afuera de ésta. Fruncí el ceño. Miré por la ventana y me tensé al descubrir que Mauricio y mi prima estaban en la puerta de mi casa, esperando. Miré rápidamente a Cris, quién hizo lo mismo. Se veía tenso. Maldije mi mala suerte y nos estacionamos. Bajé a mi bebé y él bajó el bolso, tomándose su tiempo.

Caminamos de la mano hacia mi casa. Mauricio no alejaba su vista de mi, y si lo hacía era para mirar nuestras manos entrelazadas.

"Prima, ¿Qué hacen aquí?" pregunte, haciéndome la tonta. "No esperábamos su visita"

Ella rodó los ojos.

"No te hagas la estúpida, sabes bien a qué vengo" me mira seria. "Aunque claro... No hay forma de que puedas ser más estúpida"

"Bueno, acaba de marcar con esto tu estadía en mi casa. Te voy a pedir amablemente que te retires. Cris y yo estamos cansados y queremos dormir" señalé el camino hacia su auto. Ella bufó.

True ColorsWhere stories live. Discover now