ENFRENTAMIENTO

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Cuando llegamos a Villa Olivia, Thompson se encontraba mejor pero necesitaba sangre ya que la herida fue hecha con plata. No quiso que lo ayudáramos a descender, lo hizo por sus propios medios. Cuando ingresamos la casa parecía desierta, Rose salió a recibirnos.

-¿Dónde están los demás? –Pregunto.

-En el sótano señora, planean el rescate del señor Stone. –Su mirada recae de inmediato en mi guardaespaldas.

-Señor Thompson ¿Se encuentra bien?

-He estado mejor. –Le contesta con una sonrisa a medias.

-Rose requiere sangre ¿Tienes en almacenamiento?

-Oh no señora, se ha acabado, se supone que irían a traerla pero con lo del secuestro del señor, lo postergaron, pero yo puedo darle, no tengo ningún inconveniente con eso.

-No tienes que hacerlo niña, puedo esperar. –Agrega Thom tomando asiento.

-No es molestia, lo hago con gusto.

Sus miradas se encontraron, él la observa con infinita ternura y ella con las mejillas teñidas en rojo, ¿Por qué presiento que aquí hay algo más?

-Su padre la espera señora.

-Entiendo.

James y yo seguimos nuestro camino, lo último que veo es a Rose ofreciendo su brazo y a Thom mordiéndolo. No los visualizaba juntos, quizás es el hecho que él es mucho mayor que ella, en apariencia y en edad, ya que aparentaba estar en sus treinta.

Llegamos al sótano, las miradas de los presentes se clavaron de inmediato en mi acompañante.

-¿Qué hace él aquí? –Inquirió papá molesto.

-Antes de juzgar escucha. –Le indiqué. Les conté todo lo sucedido, omitiendo la parte que James era el hijo de Aldo, lo que menos quería era que lo señalaran por eso también. Intercambiaron miradas pero la idea no les pareció mala después de todo. Brad se encontraba con ellos, al verlo la alegría me invadió, sentía un profundo agradecimiento por él, me sonrió mostrando esos encantadores camanances.

-¿Qué han planeado hasta ahora? –Consulto acercándome a una mesa donde se extendía un mapa.

-Nada en concreto, analizando las posibles rutas para poder ingresar a Villa Natividad sin ser detectados.

-No lo tienen ahí. –Confirmo con seguridad.

-¿Cómo puedes saberlo? –Mi padre me mira de reojo.

-Piensen caballeros, no son tan tontos. Se trata de Draggon Stone, de ser Aldo, sería más precavido en su paradero.

-Ella tiene razón. –Se escucha la voz de Thompson a nuestras espaldas, lucía mejor, se había cambiado de ropa, llevaba una de las camisas de Drag. Thom no tenía remedio, sonreí para mis adentros.

-Concuerdo con Annia. –Me secunda Brad. –Hay un lugar en específico, solo fui una vez, es en las montañas, una mina de oro abandonada, cuando Aldo la encontró la acondicionó para sus propósitos, poder torturar sin ser molestado.

La palabra torturar hizo eco en mis oídos, sabía muy bien lo que Aldo era capaz de hacer, solo rogaba que Drag resistiera hasta que llegáramos.

-¿Quiénes irían con nosotros? –Pregunto ante el hecho de que no sabíamos en quién confiar.

-Buena pregunta. –Papá luce preocupado.

-Me temo que solo podemos contar con los que estamos aquí.

Miré a mi alrededor, eran James, Thompson, Brad, mi padre, Jeremy, Royner, Anthony y Ryle. Ocho contra el mundo, en definitiva en notable desventaja.

El Rey Vampiro (Editada)Where stories live. Discover now