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Querida Utopía:

A veces me dueles. En el día, borracho en ilusiones vacías y perfumes de flores, con los pies enterrados en oro y bailando entre polvo de estrellas, casi siento poder vivir sin ti. Entonces cae la noche, intempestiva, y me recuesto en mi cama sin cerrar los ojos, porque sé que cada vez que lo haga veré tu imagen plasmada en mis párpados. Y entonces mi sueño ya no será placentero.

La verdad, por mucho que me engañe, en el fondo siempre me dueles.

UtopíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora