Día 34.

7.2K 419 13
                                    

Día 34.

Al día siguiente sentí como mis ojos pesaban. Las legañas ni siquiera me dejaban abrirlos, y lo peor de todo, tenía un dolor de cabeza horrible. Nada más girar en la cama miré hacía el techo. Y una sensación de vacío impresionante me invadió.

Miré hacia el lado derecho de mi cama y lo vi vacío. Pero sentí como si de verdad hubiera habido alguien allí.

Podía oler un olor dulce a perfume bastante conocido sobre las sábanas. Pero mis neuronas estaban prácticamente muertas a esa hora y había perdido la noción del tiempo por lo que ni siquiera pensé en que podría haber pasado.

Bajé las escaleras detenidamente mirando la hora en el reloj del recibidor. Las cuatro y veinticinco minutos de la tarde. Había dormido bastante o eso sentí yo cuando me levanté. Me dolía la cabeza pero podía mantenerme con los ojos abiertos el tiempo suficiente. No estaba del todo cansado. Pero tenía un dolor de estómago increíble.

Me senté en uno de los taburetes  de la barra americana de la cocina mientras me tomaba una pastilla para el dolor de cabeza.

Pasé mis manos por la cara, intentando acordarme de algo de lo que pasó anoche.

Sabía que había llegado a la fiesta, que habíamos bailado, habíamos tomado algo de alcohol y había visto a Max con Sam. Solo recordaba eso.

Ni siquiera recordé como llegué a casa.

Cuando cogí mi móvil me di cuenta que tenía varios mensajes de Sam.

"Sam a las 4:00h a.m: ¿Dónde estás?"

"Sam a las 4:26h a.m: Leo, contéstame por favor"

"Sam a las 4:59h a.m: Leo, me estás asustando. Esto no es ninguna broma. ¿Dónde narices te has metido?"

"Sam a las 5:30h a.m: Voy a buscarte. No te muevas. Estoy muy decepcionada contigo, Max ha tenido que ir al hospital".

Cuando leí eso fruncí el ceño extremadamente. Esa noche la había cagado. Y mucho. Bufé y me pasé las manos por todo el pelo. Pero no recordaba nada. Me di cuenta de que hacía poco me había llegado un mensaje de Sam. Y lo abrí.

"Sam a las 13:07h p.m: Siento irme así. Pero supongo que no te acordarás de nada. No sé si deberíamos seguir siendo amigos. Me gustaría que habláramos hoy si puede ser..."

Se me cerró el estómago. Y fruncí el ceño más aún. Solté un gruñido y me abofeteé mentalmente.

-¡¿Que narices he hecho?! –Grité dejando el móvil a un lado y enterrando mi cabeza en mis manos-

Por suerte mis padres estaban trabajando. Y me di el lujo de darle un par de patadas a la pared para relajarme. Me sentía mal. Y el estómago cada vez me dolía más. ¡Estaba completamente frustrado por no acordarme de nada!

Cuando intenté escribirle algo a Sam como respuesta me empezaron a temblar las manos exageradamente.

Fuese lo que fuese que había hecho esa noche la había cagado de sobremanera.

"Tú a las 4:44h p.m: Ven a casa cuando quieras. Tenemos que hablar. No recuerdo nada."

Pulsé el botón de enviar y suspiré unas cuantas veces esperando la respuesta. Pero esa nunca llegó.

Aún afectado por lo del mensaje me dirigí al baño para darme una ducha y despejarme un poco.

También comí algo para quitarme ese dolor de barriga. Aunque después me di cuenta que ni siquiera podía comer bocado. No toqué el plato y rápidamente fui a vomitar.

Los encantos de Sam (EN PAUSA)Where stories live. Discover now