Capítulo 9: Por fin el Deseo.

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POV Lauren

Pasamos dos horas más entretenidas con estas desconocidas hasta que Ally empezó a intentar purificar el alma de las Norminah, como se hacían llamar ellas, debido a la "alta actividad lasciva" que estaban ambas practicando según la pequeña monja.

- Solo hemos bailado Ally, no hace falta que nos separes como si fuera a montar aquí mismo a mi perfecta novia de chocolate – la más alta se quejaba mientras los brazos de la más bajita la llevaban a un rincón del cubículo.

- Eso no es bailar. Es como si me dices que por untar de chocolate un plátano hasta que no se vea amarillo, deja de ser un plátano. Dios está llorando sangre por ustedes dos, eso hasta el matrimonio no se hace – ya nada tenía sentido. Se notaba la influencia de Culobello en Ally quien no paró de divagar más cosas sin sentido hasta que su amiga se rindió a sus argumentos sin fundamento y decidió separarse un poco de Normani.

Durante el rato que habíamos estado bailando y hablando con las agradables desconocidas, que parecían ya ser nuestras amigas, no podía parar de pensar y de mirar a Camila. Algo en ella la hacía extraordinaria y no solo era su culo o sus ocurrencias sin raciocinio ninguno. Era algo que ella tenía dentro, algo que la hacía única, aunque "tuviera una vida tan normal y aburrida" como decía ella. Simplemente con oír su risa yo empezaba a sonreír, e incluso provocaba mi risa con chistes estúpidos cómo "- Doctor, tengo paperas. - Bueno, tome 10 euros más y ya tiene pa' platanos."

Ya se iba haciendo tarde, eran las 7 p.m. y aunque me lo estuviera pasando bien algo me hizo cambiar de parecer.

- ¿Crees que podríamos salir de esta sala de locas y estar un rato solas...? – me susurró Camila al oído.

No tuve que pensármelo más. Había perdido mucho tiempo en debatir todo, en dudar sobre las cosas en vez de tirarme a la piscina, pero esta vez decidí seguirla ciegamente. No la conocía de toda la vida, pero por lo que habíamos hablado y pasado juntar sabía que podía confiar en ella, que ya no era una desconocida para mí.

Nos despedimos de las "tres locas" como las había llamado Camila y salimos de ahí rápidamente y en cuanto estuvimos fuera, la de ojos chocolate me cogió la mano. Miré nuestras manos entrelazadas y levanté la vista para mirar aquellos ojos que habían hecho que cayera perdida antes su locura y encantos.

- ¿Sabes por qué te he sacado? – su mano tiraba de mí hacia nuestro compartimento. No íbamos rápido, pero se notaba la urgencia que tenía por llegar allí.

- Sinceramente... no – apreté un poco su mano y paré en medio del pasillo – Camila... ¿Por qué tanta necesidad? – ella me miró fijamente y se quedó pensativa. Ahora era el momento en el que diría alguna cosa ingeniosa o tonta que...

- Me he dado cuenta de que no sé nada de ti, y que sin incluso saber nada, solo tengo ganas de cogerte de la mano al menos hasta que acabe el viaje y no dejar pasar la oportunidad de estar a tu lado estas horas. Puede que me esté perdiendo un pensamiento muy interesante simplemente por pasármelo bien – cortó mi pensamiento con su razonamiento. Esperad... ¿Es Cordura lo que veo en Camila?

- Wow... yo... no sé qué decir – nuestras miradas eran más fuertes y penetrantes de lo habitual. Decidí dejar de torturarme y reprimir mis sentimientos.

Tiré de su mano hacia mí y nuestros cuerpos chocaron. Rodeé su cintura con mis manos y las suyas fueron a parar a mi cuello. Nuestras narices empezaron a acariciarse y nuestras miradas parecían pedir permiso para adentrarse en la otra. Su boca se abrió lentamente y noté a solo centímetros de la mía como su lengua mojó sus carnosos y apetecibles labios para luego tragar seco y esperar a lo inevitable. Lo quería desde qué me fijé verdaderamente en ella, y la morena parecía anhelarlo con todo su cuerpo y su ser. Abrí mis labios y los fui acercando poco a poco a los suyos.

Nuestros labios empezaron con un tímido roce que terminó con la fusión de estos. Con más fuerza y más ganas nuestras bocas se juntaron queriendo más aún. No sabía cómo parecería desde afuera, pero a pesar de la rudeza que pudiera aparentar, el beso, aunque necesitado, estaba lleno de afecto y de sentimientos nuevos para mí. Nunca había besado a alguien con tanta pasión y desenfreno sin llegar a ser asqueroso y baboso. Este era el perfecto equilibrio entre fuerza y sensibilidad.

Cuando nos quedamos sin aire juntamos nuestras frentes y noté como seguía con sus ojos cerrados y empezaba a morderse ligeramente el labio. ¿Acaso no le había gustado? ¿Se arrepentiría?

- Creo que hemos cometido un error – susurró en mis labios destrozando mi corazón en pequeños añicos. Mis ojos se cristalizaron y mi latido iba tan rápido que podía jurar que todos los que hubieran estado en ese pasillo podrían oír mis latidos – Porque sé que ahora no voy a poder dejar de besarte – una sonrisa boba apareció en mi rostro y las lágrimas que atentaban con salir se desvanecieron, eso o, si hubieran salido, no hubieran sido de tristeza, sino de alegría – Vas mejorando en eso de lanzarte a la piscina ojitos de Serpiente

Me reí sordamente y dejé otro corto y cariñoso beso en sus labios a los que ya me había vuelto adicta. Nos separamos muy lentamente, disfrutando del roce de nuestras manos por el cuerpo de la otra y según nos volvimos a mirar no pudimos evitar sonreír y sonrojarnos.

- Te voy a proponer un juego Jauregui, ya que estás empezando a licenciarte en el Grado Superior de Locura Exprés voy a hacer que este viaje te sirva para olvidar todos esos aburridos años que has pasado sin divertirte – la miré extrañada y ella simplemente me miró con una mueca divertida y me cogió la mano para llevarme a donde la gente pasaba el tiempo.

Estaba rodeada de gente de todo tipo, había una barra de bebida. Algunos charlaban relajadamente, otros leían, algún que otro dormía a expensas de lo que le pudieran hacer y había varios que miraban melancólicos o aburridos el paisaje que se iba viendo por la ventana.

- Veamos, ¿Qué quieres hacer primero? ¿Desaburrir a los que parecen hombres de 80 aunque sean de 30? ¿Leer el libro del de al lado? ¿Beber con un desconocido?

- Camila... - Todavía recordaba el incidente de los tres muchachos esa misma mañana, y no quería correr el riesgo de que, esta vez, ella o yo sí que saliéramos heridas – No creo que sea buena idea molestar a los demás. No es de mucho agrado.

- Lauren, Lauren, Lauren – ella posó sus dos manos en mis hombros mientras que yo rodaba los ojos – No me vayas a decir que después de besarme ahora vas a volver a tus viejas costumbres. No vamos a molestar a nadie. Solo añadiremos sal a sus vidas. Comencemos por montar una escena a esa pareja que está ahí sin hablarse, mirando sus móviles – señaló a dos personas que estaban sentadas al lado la una de la otra.

- ¿Cómo sabes que son pareja? Sí, están sentados al lado, aunque haya asientos libres por ahí, pero eso no te dice nada.

- Bueno Sherlocka, muy buena observación. Yo simplemente no lo sé, si lo son arreglaremos sus problemas, si no lo son... bueno, haremos que se enamoren. Puede que sean las nuevas Camren del tren.

Suspiré por lo que había dicho. Aún recordaba el nombre que nos había dado nuestra Beyoncé personal. Sin previo aviso Camila posó sus dos manos en mis mejillas y me besó tiernamente – echaba de menos eso – y se dirigió a los asientos en frente de los dos jóvenes distraídos con sus teléfonos.

- ¿Problemas de pareja? La doctora y psicóloga Santana López está aquí para ayudarlos jóvenes amantes que no paran de mirar su móvil como si fueran nudes de su pareja – mierda... Culobello ya estaba usando un nombre y un título falso para conseguir sus locuras – Aquella joven es mi asesora, Brittany S. Pierce, ella nos acompañará cuando deje de estar en shock por su comportamiento – ahora los jóvenes la miraban extrañados. Él un poco divertido, ella asustada.

No tuve más remedio que ir a supervisar a Camila con sus locuras. Aunque debo decir que sus locuras eran adorables y esto parecía que iba a ser algo divertido.


Cordura contra Deseo |Camren|Where stories live. Discover now