VIII

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CAPÍTULO CON ALTO CONTENIDO SEXUAL, SE RECOMIENDA DISCRECIÓN.

-MissVolknez
-LilaCox01

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Carl caminaba cabizbajo, evitaba hacer contacto visual con el asiático; por otro lado, Glenn disfrutaba de su compañía, hace tiempo no estaba con alguien, en todos los sentidos.

El pequeño "Grimes Dixón" decidió romper la el silencio incómodo que inundaba el camino.

— Entonces... ¿Qué hacías antes de que todo esto empezara? —-. Murmuró el castaño intentando qué no notase cierto nerviosismo en su habla.

El coreano hizo una seña de que hiciese silencio, mientras le clavaba un cuchillo en el cráneo a un caminante que se encontraba a unos pocos centímetros de ellos.

— Repartidor de pizza —. Esbozó una amplia sonrisa al escuchar el pequeño nerviosismo que había en el menor; él también tenía un poco de nervios, algunas veces miraba a lo lejos cómo Carl crecía, su inocencia; siempre sentía un pequeño cosquilleo cuando estaba junto a Grimes Dixón.

Él asintió levemente, y el silencio incómodo volvió a inundar aquel, pequeño, pueblo en dónde se encontraban buscando provisiones.

Esta vez fue el asiático quién decidió deshacer el silencio —. Ven, entremos —. Murmuró a la par que tomaba la mano del menor y entraban en una, pequeña pero cómoda, casa.

Las mejillas de Carl se teñían de un leve color carmesí, al sentir el calor que emanaba de la mano de Rhee.

Glenn, sin soltar la mano del menor, tocó suavemente la puerta delantera esperando a encontrarse con algo, o alguien; no hubo respuesta alguna, por lo qué decidió adentrarse al lugar con Carl.

Al cabo de unos cuantos minutos, ya habían registrado la cocina, y la mayoría de las habitaciones, pero no habían encontrado nada más que unas latas de lentejas.

— Vamos a la última habitación —. Murmuró, con la voz ronca, Glenn. Carl sólo asintió siguiéndolo.

Una vez en la última habitación de la casa, Glenn tomó, fuertemente, de la mano a Carl y lo acorraló contra la pared.

— Sé qué me amas —. Dijo esbozando una pícara sonrisa al ver cómo el menor se ponía nervioso con su cercanía.

- Y-Yo... Sí, lo hago. No hace mucho supe que sentía algo por ti... Pero estabas con ella, Cat, y me sentía un poco celoso; sin embargo, se habían dado cuenta que te amaba —. Murmuró cabizbajo -.

Glenn sonrió, ya sabía a quiénes se  refería.

— Mierda, Carl... Te amo, me enteré hace poco —. Murmuró el coreano, un poco apenado, y le dio, un cálido, beso en sus labios.

Carl había respondido al beso, mientras jadeaba por lo bajo; Glenn pasó de sus labios, al cuello de él.

— Glenn —. Gimió Carl ante los besos húmedos del opuesto.

— ¿Hmm? —-. Jadeó en respuesta aún en el cuello de Carl.

— Quiero hacerlo —.Dijo en tono bajo mientras Glenn lo veía serio.

— ¿Estás seguro? —. Preguntó viéndolo.

Éste asintió con pena, lo deseaba, se sentía listo para dar ese gran paso, estaba más que seguro.

— Bien —. Murmuró acercándose, tomó posesión de los labios de Carl para mezclarlos con los suyos, mordía éstos comenzando un beso intenso, de poco en poco cada prenda desapareció, dejándola regada por el lugar.

Glenn tomó posesivamente las caderas de Carl, haciendo chocar sus miembros, sacando un sonoro gemido en ambos, el mayor acostó sobre la colchoneta a Carl. Éste correspondía la acción, posicionó sus manos en el cabello de su novio dando pequeños jalones; Glenn bajó de los labios, a la quijada y cuello, dejando besos húmedos junto a ellos marcas notorias.

— ¿Listo? —. Murmuró Glenn observando al menor quien lo miró directo a los ojos, asintiendo. Correspondió y beso sus labios delicadamente, introdució un dedo en su entrada, éste gimió al tacto; y con un poco de dolor, después de unos momentos, Carl imploraba por más, su entrada estaba lo suficiente dilatada como para hacerlo.

— ¿Estás completamente seguro? —. Mencionó Glenn, acomodándose entre sus piernas, él asintió y prosiguió a meter la punta, cuando estaba introduciéndolo a la mitad, Grimes Dixón chilló. Rhee quería apartarse pero Carl lo detuvo.

— Estaré bien —. Murmuró y el opuesto asintió, lo metió todo, se quedó quieto un momento esperando a que se acostumbrara al tamaño, cuando Carl comenzaba a moverse, él lo hizo, daba pequeñas y lentas embestidas, al avanzar del tiempo éstas se volvieron más fuertes y rápidas.

Se repetían lo cuanto deseaba uno al otro, proporcionando caricias, jadeos y gemidos de el placer en ambos; al correrse, Glenn cayó a un lado de Carl, atrayéndolo a su cuerpo, dando un beso en la frente de éste. Ambos estaban cansados.

En El Apocalipsis Zombie |Rickyl|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora