Tengo Sed

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Un chico de cabellos rojizos se tiró en la cama de golpe, agotado y rendido, colocando su cara contra la almohada. Otro joven de cabello celeste le miro compasivo al ver el cansancio del otro y se sentó en el borde de la cama para observarlo.

—Lo siento —dice el chico de cabellos celestes.

—Nah, no te disculpes —le dice despegando su cara de la almohada—. Son esos malditos hombres lobo los que entraron como salvajes.

—Bueno, creo que en cierto modo, yo les atraje.

—Que tu les atrajeras y que ellos te quisieran son dos cosas diferentes—se queja.

—Bueno...

—Hazme caso, son cosas diferentes pero si te quieren, primero me tienen que matar a mí.

Cuando dijo eso, sus ojos de mercurio puro brillaron mientras miraba al chico celeste de manera algo posesiva y bastante atrayente. Pero luego volvieron a su modo adormecido y se refugiaron de nuevo en la almohada.

—De nuevo, el dormilón de siempre—dice el celeste.

—La luz... molesta.

Con una risita en los labios, corre las cortinas azules de su apartamento que permitían una poca luz teñida del frio color entrar en su salita que hacía de dormitorio y de salón al mismo tiempo.

—Gracias... —musita el pelirrojo.

Quizás ahora ya no, pero antes, si le decían la palabra 'Vampiro' lo primero que piensa es en una persona fotosintética o que se transformaría en polvo con unos rayos solares... o en el peor de los casos, que le brillara la piel con la luz solar.

Pero la realidad sobre estas criaturas mágicas y habitantes de la noche es otra muy distinta a la que realmente se piensa. No son fotosintéticos de manera extrema y no le temen a la luz, ellos mismos se pasean en pleno día. Lo que sí es verdad, es que beben sangre, ohh si, y las saben diferenciar muy bien.

Por lo menos sus experiencias con que un vampiro degustase su sangre han sido... curiosas, pero no podía culparse, su mundo mundano y el mundo sobrenatural tenían algo que atraía a ambas partes.

El mejor de los casos y que mejor conoce, es el de Karma.

Si, el pelirrojo tirado en la cama era un vampiro y en un principio, ni él ni nadie llegarían a sospechar de un chico que siempre anda haciendo el vago por ahí pero que resulta ser un chico genio en los estudios como nunca se ha visto.

Gracias a él, sabe bastante sobre su raza. También el hecho de beber sangre no es obligatorio en los vampiros habiendo descubierto que se pueden alimentar de comida humana y que ellos mismos poseen sangre propia. La sangre humana (ya que la sangre de otros animales no es tan potente y tan concentrada) es para ellos como una barrita energética que puede ayudarles a evocar sus poderes sobrenaturales o lo que resulta más útil, regenerar y curar su cuerpo.

Es posible que los vampiros también puedan beber la sangre de sus iguales pero, Karma no sabe demasiado sobre el tema.

¿Se ha quedado dormido? Se pregunta el chico al ver como el pelirrojo no se movía ni un centímetro de la cama, con los ojos cerrados y la respiración lenta.

La mano del celeste paso por la mejilla de Karma, acariciando su pálida piel. Sus ojos se abrieron un poco para mirarle.

—¿Estás cansado?—le pregunta.

—¿Como estarías después de haber luchado contra una manada de hombres lobo?—le pregunta divertido.

—¿Estás herido?—le volvió a preguntar con cierto aire preocupado.

Tengo SedWhere stories live. Discover now