Capítulo 1

104 8 1
                                    

Me encontraba forzando el cierre de la enorme valija mientras Alice estaba prácticamente desparramada sobre esta haciendo presión con su cuerpo, magníficamente era la última valija por cerrar y el equipaje ya estaba completo.

—¿Estas segura de irte? —cuestionó Alice por enésima vez. —Sabes que mis padres te adoran y en casa hay mucho espacio, no serias ninguna molestia. Por favor —prácticamente rogaba con su típica cara de cachorro capaz de persuadir a cualquier persona sobre la faz de la tierra.

—Lo sé Alice —la mire con ternura. —Y realmente lo aprecio mucho, pero sabes que todo esto ha sucedido tan rápido —explique acomodando la valija con el resto del equipaje. —Y mamá esta tan emocionada que no quiero echarlo a perder, ella ha hecho tantas cosas por mí que... Quiero hacer esto por ella —apenas solté en un suspiro.

 —Lo entiendo —me dedico su mejor sonrisa y me atrajo a ella en un cálido abrazo. —Es solo que te voy a extrañar tanto, la idea de no poder verte a diario me pone un poco triste.

También me sentía mal, Alice más que mi mejor amiga era como mi hermana, la conocía tan bien como ella me conocía  a mí. Yo había crecido y formado parte de mi vida aquí, este era mi hogar, aquí me sentía a gusto.

—¡Nina, Alice! Pueden bajar por favor, el auto ya esta aquí —escuchamos su gran chillido recorrer desde la gran sala hasta mi habitación.  

Nos separamos rápidamente por el acontecimiento que antes nos sobresalto, tome mi mochila y un pequeño bolso de mano para después ayudarle a Alice con el equipaje. Me asegure de no olvidar ninguna de mis pertenecías y después desaparecer en el acto de la habitación. Mientras bajábamos con gran dificultad y extremo cuidado de no resbalar y caer, de repente escuchamos el mismo chillido que nos sobresalto minutos antes.

—¡Nina se hace tarde, apresúrate! —expreso nuevamente en forma de reproche.  

—¡Ya voy bajando mamá! —hable incómodamente.

Llegamos apresuradamente a la sala donde encontramos a mi madre hablando apresuradamente por su teléfono. En el momento que nos vio, le indico el gran arrume de valijas a uno de los choferes que le habían asignado por su trabajo, el alto hombre vestido de negro las llevo a la comodidad del auto en un par de viajes que realizo para terminar con su totalidad. Mi madre nos hizo una seña con la mano indicándonos que saliéramos de la casa. Caminamos hacia el amplio automóvil con mi madre aún hablando por su teléfono, antes de subir al auto gire mi cabeza por mi hombro izquierdo echándole una última ojeada a la que seria mi antigua casa. Ya en el interior del vehículo emprendimos nuestro camino al aeropuerto, le eche una ojeada a mi madre que se encontraba en el asiento del copiloto revisando su teléfono. ¿Acaso aquel aparato era más importante que yo?  Yo creo que si, desvié mi mirada hacia la ventana tratando de despejar un poco mi mente. Sorpresivamente sentí un mínimo tacto sobre mi rodilla derecha, desvié mi vista mi vista hacia la derecha y me encontré con Alice y su bella y cálida sonrisa.  

—¿Estas bien? —me vio con cierta preocupación en su rostro.

—No lo sé, creo que estoy un poco cansada, es todo —articule con cierto desgano.—Nina, ve esto por el lado positivo iras a un nuevo lugar, conocerás nuevas personas, probaras nuevas cosas, y quien sabe tal vez los británicos sean un buen partido —Se carcajeo incómodamente en su asiento mientras yo la veía atónita por el cometario anterior.  

El auto se detuvo y alce mi vista divisando el enorme aeropuerto a nuestra derecha, salimos apuradamente del auto adentrándonos al gran establecimiento mientras mi madre empujaba suavemente mi espalda, en señal de afán. Fuimos de aquí para allá mostrando nuestro papeleo, y pasado por un par de lugares. Hasta que finalmente nos encontrábamos en la sala de espera. 

—Nina, cielo. ¿Te importaría traerme un café y un pastelillo? —pregunto mi madre sonriendo cortésmente. 

—Claro —conteste levantándome de mi asiento.

—Te acompaño —escuche a Alice hablar rápidamente.

Caminamos en busca de un café, ninguna articulo ni una sola palabra en nuestra búsqueda, yo no estaba con el mejor ánimo y Alice lo entendía. Divise un café a nuestra derecha le hice una saña a Alice con la cabeza y ella asintió siguiéndome. Me acerque a la barra observando el extenso menú en la parte superior, hasta que al fin me decidí.

—Disculpé, podría darme un capuchino express sin azúcar, un pastelillo integral de manzana, y dos barras Snickers por favor —pedí cortésmente a la mujer tras la barra.  

—Claro, son US$ 12 —puse rápidamente el dinero en su mano.

—Aquí tienes cariño, que tengas un buen viaje —me paso una bolsa con el contenido de mi pedido y el recibo de pago.  

—Gracias —me limite a sonreír tímidamente.

Nos alejamos del pequeño establecimiento en busca de mi madre, con un paso relajado. Estábamos con ella en pocos minutos, adentre mi mano al contenido de la bolsa sacando las barras de Snickers  entregándole una a Alice, acto por el cual me brindo una bella sonrisa de agradecimiento y o asentí suavemente. Guardando la otra en mi pequeño bolso de mano, para después entregarle la bolsa con el resto del contenido a mi madre.   

—Pasajeros del vuelo D05 con destino a la ciudad de Londres, por favor acercarse para abordar el avión —se escucho una molesta y monótona voz articular atreves del altavoz.

Presione mis ojos con fuerza y respire profundo, sentía un gran sentimiento de tristeza que recorría todo mi cuerpo, me sentía tan mal por irme tan de de pronto, pensar que fue algo que surgió apresuradamente, sin previo aviso. Era molesto, faltaba poco tiempo para cumplir la mayoría de edad y podría decidir por mi misma lo que quería hacer. Un toque suave me desprendió de mis pensamientos y me obligo a continuar adelante.

—Nina. Escríbeme, llámame, háblame cuando quieras amiga, no importa el horario siempre que me necesites ahí estaré —sonrió, mientras una minúscula gota resbalaba por su mejilla.

—Alice Miranda Clarck, tendrás que soportarme cada hora, cada minuto y cada segundo,  no creas que te libras de mí tan fácilmente —esbocé una gran sonrisa mientras, pequeñas gotas se escapaban de mis ojos para resbalar por mi mejillas.

—Alice, cuídate y cuida mucho a tu madre linda. Espero verlas pronto para que nos hagan compañía a Nina y a mí —mi madre rodeo a Alice en un gran abrazo, ella era la mejor cuando se lo proponía. Sabía que le tenía un gran aprecio a Alice, la conoce desde muy pequeña pues la ha visto crecer conmigo y esa tonta siempre estaba metida en casa y yo en la de ella.

—Gracias tía Jenna, seguro le diré a mamá y espero podamos visitarlas pronto —Alice rompió el abrazo débilmente, para correr a abrazarme.

—Te quiero, te quiero, te quiero. Alice, te voy a extrañar tanto —solté en un suspiro.  

—Yo también te voy a extrañar Nina, te quiero hermana —rompió el abrazo y vi como sus ojos estaban bastante cristalizados, la tristeza me inundo.

—Alice, te pedí un taxi, ya debe estar esperándote linda, cuídate mucho —mi madre sonrió con algunas lagrimas en sus ojos.

Nos alejamos lentamente de Alice, sentía cada esfuerzo que realizaba para pedirle a mis extremidades que avanzaran a lo largo del pasillo, giramos con mi madre en la esquina para así adentrarnos al gran medio que me llevaría lejos de mi infancia, parte de mi vida y parte de mi, lejos de Washington.                   

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Nov 17, 2013 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

302 // españolWhere stories live. Discover now