Todo comenzó cuando tú tratabas de huir del Clan Azul y justo robaste
el patinete de Yata. Desde aquel día, él seguramente te odiaría, por
un largo tiempo... Pero algo llamado "amor" interrumpió ese odio.
Nota: Esto es una historia de Zukky. Yo so...
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Él lo hizo, él comenzó a pelear contigo y ahora los dos estabais encerrados en un cuarto juntos. "(Nombre) es tu culpa" "Realmente tú lo empezaste, tenías que sacar el tema del skate de nuevo." "Nosotros no estaríamos aquí si no hubieras robado mi skate en primer lugar." Lo odiaste, absolutamente lo odiaste, nunca pensaste que quedarías atascada en esta situación. Decidiste vengarte de él por meterte en problemas con Izumo.
Tuviste una idea que pudiera satisfacer tu necesidad de venganza. Ibas a tratar de atraerlo en una trampa coqueteándolo. Caminaste lentamente hacia él. Él comenzó a mirarte fijamente con una mirada confusa/enojada. Lentamente bajabas la cabeza, vuestras cabezas se acercaban lentamente. Sonreíste con suficiencia un poco porque tú pudiste ver cómo su sonrojo se volvía a un roja brillante.
"(Nombre), ¿q-qué estás ha-haciendo?" Él miró a los dos lados, sin saber qué hacer. Primero de todo, vosotros estabais recostados en el suelo, y él estaba contra la pared, por lo que él no podría escapar. "¿De qué hablas Yata?" "Di-digo que, ¿por qué estás tan cerca?" Él echó una rápida mirada a tu escote, pero en seguida mandó su vista a tus (Ojos/Color) ojos.
"Por nada" Dijiste lentamente, levantando tus manos hacia su torso. "Nunca he notado lo guapo que eres~" Lo que querías realmente hacer era estallar de la risa por este "extraño" momento. Cerraste tus ojos y te acercaste a él mientras que él cerraba los ojos y entonces paraste con una ancha sonrisa.
"¡Ahahahahha! ¡No puedo creer que tú estabas callendo en eso!" Te echaste hacia atrás y te echaste a reir. Yata abrió los ojos estando sonrojado, *no puedes ver pero él apartó su vista.*
Estaba furioso.
Pero tu plan funcionó y tú cobraste tu venganza. Justo cuando Izumo abrió la puerta, Yata salió a pasos fuertes de la sala contigo aún riéndote sentada en el suelo.
