Paz.

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Dicen que la distancia separa cuerpos pero no corazones
y yo cada día siento el tuyo más alejado del mío,
y mis huesos se están congelando con este frío
desde que no friccionan con los tuyos para entrar en calor.

Eras la luz al final del tunel cada domingo de resaca
y ya no salgo de casa con mi sonrisa
para no regalarsela a nadie más
que tú eres el único que me daba paz
cuando yo era tan guerrera,
y quería matar a todos tus demonios.

¡Qué guapo estabas en aquel tiempo!
Alumbrado únicamente por la tenue luz de mis ideas
y rodeado de libros y tinta y versos y besos.

Tonta de mí.
Yo que pensaba que solo te podías hundir en el gran azul
y resulta que tus pequeños ojos verdes son más profundos que el puto océano.

vers[arte]Where stories live. Discover now