No me siento bien, Nowaki

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Era una mañana cálida, bueno, eso pensaba el ojiazul mientras se dirigía a su hogar junto a su amado pelicafé, el pensaba que seguramente se había ido a trabajar como todos los días, pero al llegar a su cas se topó con una agradeble sorpresa: el más bajo dormía tranquilamente en el sofá, el más alto tomó una manta lo cubrió con ella, se sentó y  veía como Hiro-san dormía, tan tranquilamente, al más joven le ganó el sueño y se durmió.
Al despertar se topó con la agradable sorpresa de ver a el más grande despierto, viéndolo dormir:

- Buenos días Hiro-san... ¿Por qué no fuiste a trabajar?.

- Bueno... No me siento bien... Tengo algo muy raro - dijo al ojicafé viendo a la ventana.

- ¿Mal? ¿Por qué? ¿Qué sientes?.

- Tuve unas jaquecas y unos cuantos mareos, creo que es el trabajo que me tiene así.

-Puede ser estrés, -dijo el más alto que ahora buscaba su maletín médico- pero revisaré, para estar más seguro.

- Bueno...

- Vamos a ver que pasa.

El ojiazúl revisó a su Hiroki, tomó su aparato para checar los latidos de su corazón, al poner la parte metálica en el pecho del más bajo provocó un gemido un poco bajo, esto hizo que al más alto le diran ganas de besar fuertemente a su pareja y seguir escuchando esos gemidos, pero se contuvo, lo siguió revisando, hasta que "encontró la cuasa del problema":

- Bueno Hiro-san, es estrés, te prepararé un té para que te relajes... -dijo mientras acariciaba la mejilla del más grande

- Gracias... -se ruborizó el más bas bajo- ¡Idiota! ¡No hagas eso!

- ¿Por qué? -dijo el más alto que ahora estaba más cerca de la cara de Hiroki-

- ¡Eso me molest...! - las palabras del ojicafé fueron interrumpidas, porque ahora el más joven lo besaba con mucha tranquilidad.

Hiroki empujó al más alto y se apartó:

- ¡Tonto mocoso! ¡Es de día y no me siento bien!.

- Bueno... Tal vez cuando estés mejor... Bueno... Tú sabes a lo que me refiero -dijo seductoramente el pelinegro.

- ¡Deja de decir eso! ¡Pervertido! -dijo sonrojado.

- Te haré el té -dijo Nowaki que ahora estaba en la cocina preparándole un té de manzanilla a Hiroki.

Después de unas horas al pelicafé se sintió mejor y se puso a trabajar, el pelinegro insistió en que descansara toda la tarde, pensaba que por esa razón se enfermó, el más grande ignoró la petición y se puso a revisar los exámenes de los estidiantes.
Nowaki, aún pensaba en aquél gemido de su pareja, el quería besarlo y... "Hacer lo que se hace cuando dos personaa se quieren mucho" eso decía cuando el y el más bsjo terminaban de hacer "eso", decidido, el más alto fue al estudio de el más bajo, éste seguía sumergido en sus exámenes:

- ¡Diablos! Esto es agotador -decía mientras limpiaba sus gafas- necesito distraerme, los chicos ahora son unos verdaderos idiotas.

- ¿Por qué Hiro-san?

- De lo que revisé, leí de todo tipo de sandeces, desde pequeñitas hasta verdaderas estupideces, -dijo un poco molesto- necesito calmarme -decía mientras se paraba de su asiento-

- Creo que yo te puedo ayudar en eso -dijo pícaramente mientras se acercaba a el más bajo sigilosamente-

- ¿Cómo rayos lo harás? ¿Me contarás anecdotas de tu hos...? -fue interrumpido ya que el más alto lo abrazaba por detrás- ¡Oye, Nowa...!

Hiroki fue acorralado en la pared, trataba de safarce al beso tan apasionado que ahora el ojiazúl provocaba, pero al final, Hiroki se dejó llevar y empezó a seguir el beso del pelinegro... Nowaki ahora besaba y lamía el cuello de Hiroki, el cual se estremecía, la mano del más alto fue bajando hasta llegar al genital del más bajo, el cual ya estaba bastante exitado, Nowaki, cargó a Hiroki y lo aventó con un poco de violencia a la cama, ahora eso no importaba, nada importaba, mientras el más grande se desvestía besaba con frenesí desesperado a su amado, lo cual hacía que el ojicafé tuviera un conjunto de sensaciones vergonzosas y agrabales, se terminó de desvestir y empezó a desvestir a su pareja... "Dios, ¿Qué es más dulce que el nectar de la lujuria?" se repetía el más grande mientras el pelinegro besaba su pecho y tocaba sus partes intimas, las frotaba con cuidado, no quería lastimar a su amado, de repente, el más bajo no se pudo contener... Y pidió que el ojiazúl estuviera dentro de sí, el más joven lo abordó con cuidado y besaba el cuello se su pareja, este se exitaba cada vez más, los movimientos fueron haciéndose más rápidos y violentos:

- ¡Nowaki... Bastardo!...¡Hazlo más despacio...! Ah~

- Espera...

Ignoró la petición del más bajo y siguió su ritmo, los gemidos de Hiroki se descontrolaron y Nowaki se desató y se dieron un tierno y caluroso beso francés... Y así, el pelicafé tuvo la relajación que tanto bucaba...

Un Matrimonio Sin Compromiso ( Junjou Romantica, Fanfic, Nowaki & Hiroki)Where stories live. Discover now