5. El comienzo

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Lamento tanto la espera en la actualización del fanfic. Para quienes no me siguen en mi cuenta, anuncié que estuve enferma (y sigo), así que el escribir el fic era un poco pesado para mi porque me cansaba muy rápido o no podía respirar o estar mucho tiempo frente a la pantalla por los dolores de cabeza. En fin, este capítulo es un poco ligero, espero les guste~

De nuevo, mil perdones por estar tardando tanto en este y todos mis fics,en este fin de semana se estarán actualizando la mitad de ellos.

~Heronway


Capítulo V

El comienzo


—Ichimatsu. —El hombre me habló desde la puerta de mi habitación. Apenas y voltee a verlo. La figura oscura de él a causa de la luz del pasillo de daba un aspecto alto y perturbador. —Tengo un trabajo para ti.

—Yo sólo estoy aquí por Lelé. —Le dije y volví a ver la televisión. Escuché cómo entraba a la habitación y dos paquetes forrados de papel con direcciones escritas cayeron frente a mi.

—Tendrás que trabajar para poder estar con Lelé. Heh... —Voltee a verlo y me extendió un arma para que la tomara. —Si llegas a necesitar ayuda, llama a Haku o a Yano, Ichiko estará ocupada esta noche.

—¿Y por qué no lo hacen ellos? —Le repudié con la mirada desde el suelo, y regresé la vista de nuevo a la televisión. —Ya tienen experiencia en esto.

—Incluso tú sabes que necesitarás experiencia si algo llega a pasar con Lelé o Mara. —Voltee a verlo. —A demás, quién sabe y un día tengas que proteger a tus hermanos, ¿no? —Comenzó a reír. Su risa me daba tanto asco. Tomé el arma y el revolvió mi cabello. —Buen chico.

___

—¡Wuoh! ¡Tu casa es realmente grande, Osoko! —Jyushimatsu entró dando vueltas al enorme apartamento lujoso de la mesera, quien se limitó a mirarle extrañada y un poco preocupada por sus muebles y pinturas recién compradas.

—Realmente es un buen departamento... —Dijo Todomatsu, quien miraba todo con gran admiración Un departamento lujoso como este debía de ser su seguro futuro.

—Choromatsu, no brinques por ahí...

—Yo soy Choromatsu. —Suspiró y pasó una mano por su cabello. —Quien da vueltas todo el tiempo y siempre tiene una sonrisa es Jyushimatsu.

—Jyushimatsu, claro. —Sonrió Osoko y dejó su bolso en el suelo de la entrada junto con sus zapatos. —Es un poco difícil diferenciarlos, todos son tan parecidos. Pasen. —Les sonrió y los mayores terminaron adentrándose al departamento, mirando un poco impresionados por la clase de lugar en la que vivía una mesera.

Jyushimatsu comenzó a ver la pintura de una mujer recostada sobre sabanas, completamente desnuda. Comenzó a bromear sobre sus senos y Todomatsu simplemente ignoró sus carcajadas, también mirando algunas pinturas del lugar. El suelo estaba tapizado con una alfombra color vino, y la mayoría de los muebles eran de un tono chocolate oscuro. El apartamento estaba sobre un edificio alto de la zona, y una enorme ventana al fondo del apartamento dejaba ver el enorme puente arcoíris y edificios de otras zonas de Tokyo. Las paredes estaban tapizadas de pinturas, algunas reconocidas y otras un tanto abstractas, y habían al menos tres habitaciones ahí.

La cocina era algo que realmente podía presumirse, en su centro había una isla con la capacidad para ocho personas, ocupada por una pequeña bodega de vino. Todo era completamente hecho de madera, del mismo color que los muebles del lugar entero y el refrigerador y los electrónicos eran de marcas bastante lujosas.

La mentira que nunca les conté | Osomatsu-san • PAUSADOWhere stories live. Discover now