EL REGRESO DE JIRAIYA

El septimo Hokage

Una mañana en la oficina del Hokage estaban Tsunade, Jiraiya, Kakashi, Shikamaru y Shizune discutiendo un pequeño tema muy importante. Habían pasado un par de años desde Jiraiya regreso a la aldea.

Y desde ese tiempo Kakashi estaba sustituyendo a Tsunade, estaba cansado de todo el tedioso trabajo de revisar papel tras papel, todos los extensos desvelos, ya no era joven. Además de que quería disfrutar la familia que comenzó a formar con la hija de Teuchi.

-'' ¿Crees que ya está preparado''?- comentaba un Jiraiya pensativo, ahora él y Tsunade eran los consejeros de la aldea.

-'' ¿De qué rayos hablas Jiraiya?''- comentaba Tsunade con su tono enfadado -''Después de todo tú fuiste su maestro, se supone que debes confiar en el''-

-''Así es''- comento Kakashi tras el escritorio -''Usted debe saber más que nadie que Naruto es el mas fuerte de todos nosotros, aun mas que usted maestro Jiraiya, Naruto maduro mucho en cinco años y la aldea no estaría en mejores manos que en las de él. ''-

-''Bien''- dijo Tsunade -''No hay nada más que decir, avísenle al señor feudal que cambiaremos de Hokage en un par de semanas''- se dirigió a Shizune y a Shikamaru.

-'' ¿cómo creen que será mejor darle la noticia?''- pregunto Kakashi.

-''Yo iré a darle la noticia''- dijo Jiraiya levantándose de su asiento.

-''está bien, yo iré con Emiko para alimentarla''- dijo Tsunade levantándose también.

En cuanto quedo solo Kakashi se estiro en el asiento, ya estaba algo entumido un par de vertebras tronaron y se volvió a acomodar bien, de uno de los cajones del escritorio saco un pequeño libro negro que en la portada decía ''Icha Icha haciéndolo con alguien en casa''. Era el último libro de Jiraiya. Nadie se explicaba porque ese libro tan sin chiste fuera casi el mejor de toda la saga. Y con un ojo muy atento comenzó a leer ejemplar con una risilla tonta.

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Naruto estaba en su casa parado en frente de la alcoba con un pequeño bulto en sus brazos que mecía con delicadeza. Al sentir una presencia familiar dirigió su vista a la ventana y allí estaba el viejo sannin.

-''Hey que tal viejo''- dijo Naruto en voz baja –'' ¿Cómo está la abuela y la pequeña Emiko?''- pregunto con una gran sonrisa.

-'' ¿Qué tal Naruto''?- saludo Jiraiya –''ellas están mejor que yo, ¿con que de niñero?''-

Naruto echo un pequeño vistazo al bebé que traía en brazos –'' lo que pasa es que Hinata tuvo que salir por un momento y no podía llevarse a Bolt''-.

-'' eehhh te entiendo Tsunade también me decía que cuidara a Emiko por un momento y se iba todo el día a los casinos o a las aguas termales''- dijo terminando con una pequeña carcajada.

- ''¿Qué es lo que quiere viejo?''- pregunto Naruto con una ceja levantada –''no me diga que me dejara a su hija y se irán, como la última vez''- Jiraiya una escandalosa carcajada que hizo despertar a Bolt con un fuerte llanto. El pobre rubio sintió que sus esfuerzos para dormir a su hijo se fueron al caño –''Ahora lo duerme usted''- dijo un poco enojado, dándole el bebé.

Jiraiya sin otro remedio comenzó a aguantarse la risa y meció al pequeño con una mirada dulce –''así eras tú cuando eras bebé, quien diría que un pequeño se convertiría en Hokage''- Naruto no entendió. Se quedó serio por un momento. Jiraiya volteo a verlo con una sonrisa.