Capítulo 15

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«Regla número... ¿Regla? ¡A la mierda las estúpidas reglas! ¡Ya estas aquí! ¡Ya te declaraste! ¿Y aún sigues inventandote reglas? ¡Arriesgate por una vez en tu vida! ¡Amala porque así lo quieres! ¡Deja de tenerle miedo al amor! ¡El amar diferente como todos lo hacen! No importa... Todos nos caemos alguna vez... Ya no podías seguir evitandolo»

Karlie, en el momento que dejó sus pensamientos de lado, se dio cuenta en el lugar dónde se encontraba.

Estaba sentada, sobre la cama de Taylor, a su lado y cogiendo su mano que no paraba de temblar. Miró detenidamente las vendas que cubrían sus pálidos brazos y estuvo a punto de echarse a llorar. Pero no lo hizo.

Se mantuvo firme, con la mirada fija en aquel lugar y no movió ni un músculo.

Si había que hablar, prefería que la rubia lo hiciera, porque sabía que si ella lo hacía; probablemente no aguantaría el nudo en la garganta y las lágrimas que se acumulaban en sus cuencas verdes, saldrían disparadas del lugar.

— Perdoname Karlie...

Y tal como lo quería, Taylor habló. Se notaba que quería decir algo más, pero su voz se entre cortó en seguida y con el dorso de su mano, secó rápidamente las lágrimas que se escapaban de sus ojos.

Karlie no quiso mirarla, pero sabía que su chica lloraba. Sólo atinó a mantener la vista donde estaba y acarició la mano de Taylor. La ojiazul lo agradeció. Estaba muy nerviosa.

— Karlie... Por favor. Mírame.

¿Qué hacer en una situación así? Cuando lo único que quieres es mantenerte fuerte para esa persona. Pero eres más débil de lo que cualquiera puede creer. Karlie hizo caso omiso.

— Karlie... Mírame... Perdoname.

— ¿Por qué lo has hecho? — murmuró la ojiverde con su voz totalmente neutra. Delineó con su dedo índice, la superficie que cubría el convaleciente brazo de la chica rubia de puntas rosa. Taylor hizo una mueca de dolor con un pequeño alarido. Karlie se detuvo.

— No lo sé... Cuando me di cuenta, ya lo había hecho...

— No me refiero al castigo que le diste a tus pobres brazos... Me refiero al por qué corriste hasta el baño, cogiste lo que sea que hayas utilizado para cortarte e hiciste lo que hiciste... ¿Por qué?

— Porque me prometí que no lo volvería hacer...

— ¿El qué? — Karlie levantó la vista. Curiosa de saber que mirada se encontraría en los ojos de la menor. Taylor se sintió aliviada, estaba mirando los ojos de Karlie. Ahora sí, estaba viajando en un mundo entre el cielo y el infierno. No pensaba, no se concentró en alguna respuesta para dar... Simplemente la miró y dejó su mente inconsciente — Dime.

Taylor negó con la cabeza y Karlie suspiró frustrada. Soltó la mano de Taylor y se levantó de la cama con la intención de irse.

Pero en seguida, y como si esto gatillara el despertar de la ojiazul. Taylor Gritó.

— ¡No te vayas! ¡Por favor! ¡Te lo explicaré! ¡Lo juro pero por favor, no te vayas! — y sin poder aguantarselo más, lloró. Lloró tanto que los sollozos fueron capaces de traspazar el intento de ser fuerte de Karlie.

Y la ojiverde, no lo pensó dos veces para acercarse a Taylor y abrazarla con todas su fuerzas. Esta vez, Taylor la correspondió y no por inercia, no porque sus voces se lo ordenaban, no porque sus brazos se lo demandaban. Lo hizo porque quería, lo necesitaba, le gustaba sentirse así cuando estaba cogida entre los brazos de Karlie. Sólo que antes no lo veía, antes no sabía por qué no lo podía ver.

Reglas Para Ser Amigas ➽ KaylorWhere stories live. Discover now