La chica del mafioso

Capítulo IV.

Aurora.

Camino distraídamente por la carpa y recuerdo que debo cambiar de trabajo en vez de sentirme a gusto por tener un trabajo no siento que éste sea el que me corresponde, sinceramente tengo mucho trabajo y siempre termino muy cansada. Hago caso omiso de lo que estoy pensando y rápidamente veo al hombre de hace un rato, ése hombre es... es hermoso. Tez blanca, ojos azules, cabello castaño, un pequeño indicio de barba que lo hace ver tan... ¡¿sexy?!. No puedo creer que yo haya dicho eso, aunque no me reprendo es la verdad. Mi teléfono suena y me distrae de mis pensamientos, es una llamada de mi jefe. Hoy le platiqué de mi desición al querer retirarme de la empresa, quizá me llame por eso.

- Aurora, estuve pensando en lo que estuvimos hablando hoy en mi oficina y sinceramente no me convence la idea de que dejes la empresa. Eres una excelente editora y  me devasta la idea de que debas irte - escucho decir a mi jefe.

- Lo se, señor. Pero sabe muy bien que estoy buscando un trabajo en el que me sienta a gusto y  últimamente en la empresa no lo estoy. Le avisé con antelación para no dejar el trabajo sin más. Es una desición que ya está tomada, hasta luego - le digo y espero su respuesta.

- Está bien, Aurora. Si esa es tu desición, puedes pasar el lunes al trabajo por tus cosas. Espero sinceramente que pronto encuentres un lugar en el que te sientas a gusto - dicho esto cuelgo.

Bueno, supongo que debería de estar feliz. Es lo que quería - pienso.

Tropiezo y me doy cuenta de que mientras hablaba seguía caminando y no noté a donde me dirigía. Agh, debo dejar de ser tan torpe. Decido ir al baño para retocarme un poco el maquillaje y cuando doy la vuelta no puedo creer a quien veo... el sexy hombre conecta su mirada con la mía. Noto como llega el calor a mis mejillas y rápidamente decido escabullirme.

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Estoy con Tatiana en la mesa esperando a que empiece la cena y mientras estamos hablando.

- ¿Entonces que harás ahora, Aurora? - me pregunta Tatiana, le conté lo de mi trabajo.

- Buscar un nuevo trabajo - le digo de modo que entienda que es algo obvio.

- Si quieres podría decirle a mis padres que te den trabajo en la empresa - me mira y se que sus intenciones son buenas. Intento rechazar su oferta.

- No creo que sea lo mejor, Tatiana - se lo digo de manera que entiendo.

- ¿Por qué no? No quiero que me digas nada más, le diré a mis padres y ya - dice, y sé que no aceptará más excusas.

Ya llegó la cena y en la mesa están los padres de Tatiana, ella y yo. Ellos siempre me han visto como a una hija y yo a ellos como a unos padres. Desde que mis padres murieron en ese accidente y me fui a vivir con mi abuela, ellos siempre han estado dispuestos a apoyarme en todo. Mientras cenamos, Filipp y yo creamos una charla muy animada.

- Aurora, ¿cómo te va ahora? - dice Filipp, padre de mi amiga - Hace mucho que Aleksandra y yo no te vemos - pone cara de tristeza.

- Estoy muy bien Filipp - se que se refiere a como me va con la ausencia de mis padres, aunque ya lo superé a veces me hacen mucha falta y me siento muy triste - Y ustedes, ¿cómo estan? - espero que termine de masticar para que hable.

- ¡Oh, hija! - se ríe - Todavía queda de estos ancianos para rato - me uno a su risa y disfruto de la compañía.

 --N/a: En multimedia Dimitri<3. Es taaaan bello:G. Besos:*.