Capitulo. 15 ¿Anabelle?

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Los besos de Dominnick son tan firmes y dominantes, su tacto me hace estremecer; su cuerpo sobre el mio, me hace experimentar sensaciones que jamas habiá sentido.
- Dominnick- intento detenerlo entre jadeos.
- shhh, dejate llevar- me dice seductor y coloca mis manos sobre mi cabeza.
Sus labios se posan sobre mi cuello y comienza a bajar poco a poco a mis pechos.
- eres tan malditamente irresistible y perfecta- me dice a contra piel y deja un beso mojado justo en medio de mis senos.
En ese momento suelta mis manos y comienza a subir lentamente mi bata, dejando expuestas mis bragas.
- amo el encaje- me dice y pasa su mano sobre mi entrepierna hasta llegar a mas a fondo.
- Dominnick, ¿que haces?- le pregunto asustada. ¿eso es correcto?
Voltea a verme con ojos de deseo.
- te hare tocar las estrellas- me dice con un tono de voz aterrador.
- Dominnick no,  dejame en paz- le digo e intento quitarme, pero el sostiene mis piernas.
- ¿a donde vas?- me pregunta y me voltea para quedar boca abajo.
- quedate quieta y no te hare daño- me dice amenazante y lo obedezco.
Siento la tensión a flor de piel, se que el esta ahí, pero no me toca, ni un solo rose, solo esta ahí, alterando mis nervios cada vez más.
Sin avisar, posa las yemas de sus dedos sobre mis muslos, los nueve despacio, sin ningún apuro.
Poco a poco siento que mi piel se eriza conforme siento el contacto de su piel con la mía.
- eres tan hermosa que duele- dice dominnick, como si estuviese lamentándose.
De la nada, se levanta de la cama y sale de mi habitación, dejandome completamente confundida.
¿Qué fue eso? ¿Porqué dominnick actua de esa forma? ¿Porqué toco mi vagina?
Me recuesto en mi cama anonadada, desconozco el porque de mi reacción ante sus besos y sus caricias. ¿Qué está pasándome? ¿Por qué no lo detuve?

-Tus labios son suaves...
Un beso tuyo liberara mis tormentos...
Mis tormentos son fantasmas del pasado...
Solo quisiera borrar una cosa de mi mente, y es mi pasado...
- ¿a que te refieres?...
- tendrías que conocer mi mundo para comprenderme...
- ¿tu mundo?...
- se mia Leisy, entregate a mi...
- ¿entregarme a ti? Tengo 19...
- la edad no importa, por favor se mia...
- se más específico...
- sometete a mi, se mi sumisa...
- ¿sumisa?...

Me despierto confunfida, mas bien, mas confunfida de lo que estaba anoche.
- pero que raro sueño- digo para mi y me revuelvo cabello con la mano.

- tus sueños son raros...
- oh ya aparecio mi conciencia...
- sumisa, no te hagas la tonta que sabes perfectamente lo que es...
- eran solo libros...
- pero sabes el significado...
- fue solo un sueño...
- pero tu sabes el sexy chico que vive bajo el mismo techo que tú no es romántico, es frio y calculador...
- si pero...
- nada, recuerda las fotos, Luciana, todo encaja, dominnick es un sadico...
- ¿sadico? Por dios, ¿de donde saco tanta tontería?...
- no olvides que te lo dijiste a ti misma...

Era hora del desayuno, yo caminaba hacia la escalera, solo pensaba en la posibilidad de que Dominnick fuese un sadico.
- ¿porqué lo sería?- me pregunto.
Con todo y mi torpesa olvide por completo los escalones, por un momento pensé que me caería y me rompería el cuello, pero unos fuertes brazos me sujetan de la cintura.
- ¡fijate por donde caminas!- me regaña el chico mas bipolar que eh conocido en mi vida.
- lo siento- me disculpo y el me mira confunfido.
- ¿por qué te disculpas?- me pregunta aún sin soltarme.
- eh esque- me quede helada, sus ojos me hipnotizaron como la luz a las polillas.
Lentamente veo que pasa su mano por mi rostro y acomoda un mechón de cabello rebelde que se escapo de mis sujetadores.
- ten más cuidado, ¿si?- me dice como si fuese una niña pequeña que tuviera que cuidar.
- si, gracias- le contesto tímida, sintiendo mis mejillas arder.
Veo que sonríe, es la primera vez que miro en su rostro una sonrisa.
- eres un pequeño tomate sabías- me dice y me suelta poco a poco. Ese comentario hizo que me sonrojara más.
- basta de hacerme sonrojar- le digo y sonrio. Por primera vez me doy cuenta que estamos entablando una conversación sin forzar ni una sola palabra.
-¿vamos al comedor?- me pregunta ofreciendo su brazo como si fuese mi escolta o chaperon.
- claro- tomo su brazo y bajamos juntos las escaleras.

- ¿encerio te paso eso la secundaria?- me pregunta sin parar de reir.
Nos encontramos en el comedor, después de desayunar, Dominnick me pidió que me quedase a platicar con él.
- si, todo el ponche en mi vestido- le contesto apenada y tapo mi rostro.
- que vida la tuya, bailes de secundaria solos, baños de ponche, coloración de tu vestido blanco- me dice y se recarga en el respaldo de la silla.
- si - rio un poco y hago su misma acción- ¿y usted señor?¿cómo le fue en esta edad tan espantosa?- le pregunto y sonrio, por lo contrario de el que se pone completamente serio.
- creo que es mejor terminar esta conversación señorita Coreman- me dice un chico completamente distinto al de hace apenas unos segundos.
- lo siento, no queria ser entrometida- le digo confundida y me salgo del comedor. Escucho que me dice algo, mas no entendí bien, hablo muy bajo.
¿Cuál es el problema con este chico?
Me dirigía a la escalera, cuando escuche un teléfono sonar proveniente de la oficina de Dominnick.
Dudo en entrar, pero mi curiosidad me gano.
Abro lentamente y camino hacia el escritorio inclinandome sobre el.
Levanto el teléfono y contesto dudosa:
- bueno eh, residencia del señor Heinsbek- digo timidamente.
- eh, habla eh- comienza a decir una voz femenina en la otra línea.
- ¿quién habla?- pregunto.
- eh, ¿se encuentra Dominnick en casa?- me pregunta la mujer con la voz entrecortada.
- ¿quien lo busca?- pregunto algo insistente. Al esucharla, una corriente de enojo recorrio mi cuerpo.
- habla Anabelle, y tu quien eres?-me pregunta la chica, pero esta vez demandante y arrogante.
Me quedo callada, es anabelle, la chica de las fotografías.
- ¿Anabelle?- analizo el nombre.
- ¡CUELGA ESE TELÉFONO AHORA!- escucho gritar a un Dominnick bastante molesto.
Camina rapidamente hacia a mi para arrebatarme el teléfono de las manos y despues contestar:
- ¿QUE QUIERES?- Le grita furioso.
Talves la chica le contesta otra cosa y este me mira con atención.
- ¡ME IMPORTA UN CARAJO LO QUE QUIERAS!- Le grita. Veo que una vena que se resalta de su cuello.
- NO ES ASUNTO TUYO- continua gritanto y patea un asiento. Literalmente quede como estatua. Solo veia a Dominnick hecho una completa furia.
- que te quede claro Anabelle, tu no eres nadie, no vales nada, y ahora hay alguien mas aqui- me mira rapidamente y yo solo lo miro asustada- que te ha remplazado, y es mucho mas mujer que tu- concluye y cuelga el teléfono.
Era Anabelle, la chica de las fotografias, la dueña de la habitación de la torre del final del pasillo, era ella.
- ¿porque contestaste?- me pregunta Dominnick intentando contener su enojo.
- esque pase por tu oficina y escuche el teléfono, creí que era algo importante- me justifico ante el, temblando como gelatina, pero ya no lloro.
- haz roto otra regla - me amenaza y apunta con el dedo. Veo que se dirige a la salida e instintivamente le pregunto:
- ¿que te hizo ella, para que la odies tanto?- pregunto confundida y me acerco hacia el.
- la peor de las bajezas- me responde y voltea a verme. Se sorprende al verme tan cerca de el.
- ¿quién era ella Dominnick?- le cuestiono curiosa.
- ella... Era mi ama... Y mi sumisa...

- ¿sumisa? Ahora todo esta claro, Dominnick es un amante del dolor...

Si, Amo...Where stories live. Discover now