Capitulo 8: Anonimous

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~ Void ~

Estoy en casa de Rubius en este momento. Mi trasero está apoyado en su silla de grabar(?) y la pantalla del ordenador está en negro, con las letras blancas que no dejaban de moverse debido mis rápidos dedos.

-Eres demasiado rápida, das miedo- me dice Rubius, luego de bostezar.

Son las 2 de la mañana y llevamos todo el día tratando de pasar el firewall del servidor de Microsoft.

-Lo sé, soy genial- le respondo sin mirarle.

Rubius está sentado a mi lado y su pierna choca con la mía. Estoy pensando seriamente en moverla, pero no sé, me gusta sentirlo.

-Hey- le llamo

- ¿Qué pasa? - me contesta adormilado

- ¿Preparemos café? Esto da para largo.

Pone cara de fastidio y se levanta. Va en dirección a la cocina en calma. Le sigo.

Cuando llegamos a la cocina, Rubius pone el hervidor y me dice que le alcance tazas.

Lo intento. Juro que lo intento con todas mis fuerzas.

¡PERO NO ALCANZO LAS MALDITAS TAZAS! ¿¡QUÉ COJONES TE PASA, MUNDO!? ¿¡ES PORQUE SOY PEQUEÑA VERDAD!?

-La reputamadre que te parió- mascullé mientras intentaba trepar sobre la encimera para alcanzar al menos una taza.

-Hey, Void- me llamó Rubius (que creo que ni me estaba mirando) - ¿Qué coj... ¡Bájate de ahí! ¡EspeligrosoVoidpordioh!

Supongo que fue la impresión del momento, pero en su desesperación, Rubius me afirmó.

De una nalga.

Dejé de tratar de subir y me quedé congelada un par de minutos mientras Rubius no reaccionaba tampoco, simplemente tenía su mano en mi culo y de la impresión yo no atinaba a quitarla de ahí.

Ninguno de los dos dijo nada. Rubius solo subió su mano hacia mi cintura y yo bajé con mucho cuidado de la encimera.

Nos quedamos otro rato quietos, yo apoyada en la encimera y él también, solo que detrás mía.

En conclusión, estaba atrapada entre Rubius y la encimera.

Mi corazón latía a cien mil por hora. Si seguía así, en cualquier momento de seguro me daría algo.

-Yo... Creo que mejor te dejo el café a ti- digo, pero estoy atrapada

Rubius susurra algo y me abraza fuertemente.

-Lo siento mucho- me dice -Soy un violador del bosque.

Me río muy fuerte.

-No te preocupes, muyayo- le digo, intentando escapar de su abrazo.

Agarré su mano y la puse en mi nalga otra vez.

Rubius se quedó en plan wtf._.

-Ves? Es sólo mi nalga- dije, disimulando mi nerviosismo. Él levantó las manos diciendo "NO HE HESHO NAH" -Bien, volveré al ordenador, espero mi cafecito.

Rubius no me dijo nada.

Y que suerte que no lo hizo.

Porque yo no hubiese sabido que cojones hacer.

Sentía mi cara roja como un tomate y me estaba enojando conmigo misma por ser tan tonta.

Dos años siendo amigos, me comenzó a atraer casi de inmediato, vivo pensando en que me gusta sentir el olor de su colonia y no me molesta que me toque.

Muyaya de mis Sueños [#LMDP3T]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora