ELEUTERIA (EDITANDO)

CAPITULO III "VIRTUDES"

2 años despues del ataque al pueblo de Mungia ... 

Aun siento el dolor en mi alma, después de que esa dulce mujer, aquella que llenara cada rincón de mi ser; de felicidad de infinita gracia y dulzura, me dejara tal cual amo abandona a su animal,  teniendo conciencia de que estaba impregnada con una semilla mia, la cual en estos momentos ya debería estar pasando de la niñez a la adolescencia.

Me arrepiento cada dia de ese estupido acuerdo realizado con ella, tan solo por que no poseía bienes en ese entonces lo acepte, el no tener que desembolsar nada a cambio de mi silencio y mi desaparición, dejando a un lado a ese pequeño ser que seria mi hija, del que lo unico que se es que es hembra por rumores en ese tiempo, desde ese entonces vivo cada dia pensando en ¿como sera mi retoño?, ¿que estará aconteciendo en su existencia?, solo rogando que este bien, ya que desconozco el paradero de su madre así como el de ella.

Para expiar mis pecados,  decidi enlistarme en el ejercito, desertando pocos momentos después ya que no contaba con las agallas, así que pase a lo contrario, me fui al seminario de donde egrese, ahora funjo como canonico de la palabra divina, tratando cada dia de ser mejor y ayudar a los demas.

Han pasado ya 2 años desde aquel ataque a este pueblo el cual se llevo muchas vidas junto con la de su sacerdote por lo que me dieron el cambio aqui, muchas personas aun continúan desgarradas por esos hechos, solo buscando culpables ya que se desconoce quien efectuo tales ataques y el gobierno solo los adjunta a fines terroristas.

Durante mi estancia en este pueblo, desde mi llegada si ha mejorado bastante, no lo conocía antes pero se ha restaurado en su inmensa mayoría, la industria sigue en pie mientras su gente no se rinde hechandole cada dia mas ganas para recuperarse de lo perdido, la verdad son un verdadero ejemplo a seguir.

Por mi parte les ayudo en todo lo que me es posible, inclusive en ocasiones trabajando en las edificaciones de las casas, "la verdad es reconfortante el poder ayudar a los demás", siento que cada dia dejo mi granito de arena en algunas personas. Por desgracia no puedo dejar de lado mis obligaciones como Sacerdote asi que me paso la mayoría del tiempo en el templo.

Hoy, ha sido un dia peculiar, un joven acudió a confesarse pero de manera muy singular ...

- En el nombre del padre, del hijo y de.... 
  ~ Disculpe Padre quisiera hacer esto rapido!
-Esta bien hijo, procede...
  ~ Padre, he pecado  contra Dios, contra usted y sus preceptos, pero la verdad no me arrepiento, e incumplido los mandatos de su religion, aun asi no pienso pedir perdon tan solo quisiera desahogarme ... puedo?
- Claro hijo, si gustas podemos pasar a mi oficina
~ Gracias, pero no padre, como ya le dije quiero que sea rapido!
  ~ El dia de hoy, hace poco mas de 2 horas me encontraba tratando de engullir un trozo de pollo, cuando escuche mucho bullicio fuera de mi habitación, al asomarme me percate de tres sujetos en estado de ebriedad que hacían mucho escándalo, les hable y simplemente les pedi se retiraran a lo cual me hicieron caso, no sin antes pedir disculpas, en ese momento uno de esos sujetos se me izo conocido pero no le di importancia.
  ~ Ya entrado en sueño profundo, recorde un hecho pasado del cual ese sujeto era participe.

En ese momento al joven se le quebro la voz, y comenzó a llorar en silencio, por lo que le pregunte si se encontraba bien a lo que prosiguió contando ...

  ~ Ese perro malnacido, ese maldito, era quien habia asesinado a mi madre ...

~ En ese momento no pense en nada solo sali a buscarlo tomando un cuchillo pequeño que estaba sobre la mesa antes de salir ... por suerte aun estaban cerca de la casa, camine normalmente hacia ellos, los saludo me responden y se detienen, al estar lo bastante cerca de uno de ellos sujeto el cuchillo fuerte en mi mano, la dirijo hacia su cara y se lo clavo en un ojo, mientras estaban desconcertado le patee los testiculos al otro sujeto con tanta saña que hasta me lesione el tobillo, aprobechando la confusion, retire el cuchillo del ojo para avalansarme sobre el maldito perro, le tome de la nuca y le clave el cuchillo por encima de la hebilla del pantalon, escuchandolo gemir de dolor mientras se retorcia como lombriz, mientras sus compañeros huian...