Las heridas sanan.//L.S.

infidelidad 04.

Harry llegó, no tan borracho como le hubiese gustado pero llegó. Con lágrimas en los ojos y garganta ardiendo.

¿En qué se había convertido?

Entró a su pequeño apartamento azotando puertas, una tras otra, hasta llegar a su habitación.

Louis se encontraba acurrucado en la cama,

junto a otro chico.

Y Harry no sabía si gritar, llorar, clavarse la hebilla del cinturon más profundo en su mano o moler a golpes al hijo de puta que se encontraba al lado de su novio; así que hizo las tres.

Se abalanzo al muchacho ya despierto por el sollozo y golpe tras golpe logró que este estuviera fuera del departamento.

Cuando volvió, con las manos ensangrentadas y alfileres cubiertos de culpa clavados en su abdomen, abrazó a aquel pequeño que se encontraba acurrucado en un rincón de la habitación, con agua en las mejillas, mares detrás de los parpados y gritos enredados en la lengua, y dijo:

"Tranquilo amor,

ya pasó

ya pasó.

Me lastimaste,

me lastime,

he lastimado a alguien.

Lloré,

lloraste,

gritamos hasta que nuestras cuerdas vocales se encontraron tan exahustas que decidieron dejarnos en este silencio profundo.

Y aquí termina todo,

por que lo feo ya pasó,

y las heridas que acabamos de abrir dejaron de sangrar.

Ahora, abre los ojos."

Y dos pares de ojos se cruzaron en aquel momento en el que Louis decidió abrir los suyos,

y vio

que Harry,

era sólo Harry,

y ya no brota sangre,

no más.