12

96 8 4
                                    

Por fin llegaron las vacaciones de verano. Ahora Kaito no tenía que ir al instituto y podría pasar más tiempo conmigo.

Hoy decidimos ir a un restaurante que está cerca de la playa y en el que, según él, sirven una comida exquisita. Bueno, si era con Kaito, por supuesto que iría.

Al entrar a este vi que estaban Luchia, Hanon, Rina y tres chicas más que no conocía.

Así que por eso se empeñó tanto en venir...

     —¡Bienvenidos! —dijeron todas a la vez.

     —¡Ah! Kaito... —Parecía que Luchia no se esperaba que viniéramos.

     —¿Y este es el restaurante que decías que te gustaba? —le pregunté al peli-naranja.

     —Sí —responde él—. No sé por qué, pero me siento muy a gusto cuando vengo aquí.

La cara de Luchia era un cuadro cada vez que me veía junto a él. Sé que lo está pasando mal, pero ¿ella tiene idea de lo mal que yo lo paso cuando no estoy con él? ¿O de lo mal que lo he pasado durante toda mi vida? Lo siento, pero tengo que hacer todo lo posible para que Kaito esté a mi lado. Ella no corre el riesgo de morir si no está con él, que yo sepa...

Tomamos asiento.

     —Hoy estáis de suerte, acabamos de añadir unos platos nuevos a la carta —informó Luchia, dejándonos dichos platos en la mesa.

     —¿Qué tal están...? —pregunté.

     —¡Deliciosos! Tomaos vuestro tiempo y disfrutad.

Se fue con sus patines.

Había cinco chicas más, ningún otro cliente y justo Luchia tenía que ser nuestra camarera... ¿En serio?

Debía sacarle de allí cuanto antes.

     —¿Por qué no vamos mejor a ver ese complejo turístico de allí?

     —Mejor otro día —respondió, metiéndose un trozo de la comida en la boca—. ¡Qué bueno!

     —Si tú lo dices...

Terminamos de comer y nos dirigimos hacia la salida. La comida no estaba mala, pero no me encantó tanto como a Kaito. En fin, no me quejo, al menos pude estar con él.

     —Háblale de este sitio a todos tus amigos, ¿vale?

     —Lo haré. Oye, Luchia, ¿Necesitas que te eche una mano con el restaurante?

No hagas eso, por favor, Kaito...

Si él se quedara trabajando en el restaurante, aprovecharían él y Luchia para...

     —No hace falta. Me están ayudando unas amigas que han jurado poner el negocio en marcha —respondió ella. Menos mal...

     —Bueno... Vale.

     —¡Venga, Kaito, vámonos!

Le agarré del brazo y ambos comenzamos a andar.

Seguimos dando vueltas por lugares muy divertidos cerca de la playa, hasta que él me dijo que era mejor volver a casa porque estaba empezando a refrescar. Yo me encontraba perfectamente, pero él estaba muy insistente en que volviéramos.

Me hizo acostarme en la cama diciendo que estaba preocupado por mi salud. Al rato acabé quedándome dormida.

Un par de horas después, me desperté. Bajé al salón, encontrándome a Lixto.

     —Hermano.

     —Mikaru, ¿te encuentras mal? —Empezó a ponerse algo nervioso.

     —Estoy bien. Quería preguntarte... ¿has visto a Kaito?

     —Salió hace rato.

     —Está bien... Entonces volveré a mi cuarto.

     —Si te encuentras mal, házmelo saber.

     —Sí, ya lo sé.

Kaito... ¿Dónde te has ido? Quiero estar contigo. Solo puedo pensar en ti. Me siento muy mal cuando no estás a mi lado.

No quería pensar mal, de verdad que no quería, pero... ¿Y si lo que Kaito quería en realidad era deshacerse de mí? Tal vez por eso estaba tan insistente con volver a casa. ¿Y si ha quedado con Luchia? No quería salir a comprobarlo, ya que mi hermano estaba en casa y podía descubrirme, y le dije a Kaito que no haría más locuras... Pero tenía muchas ganas.

Al menos podría haberme dejado una nota, o haberle dicho a mi hermano a dónde iba, no sé, algo... Algo que hiciera que me quedara más tranquila, que no me comiera la incertidumbre.

【Renacer】» Mermaid MelodyWhere stories live. Discover now