3

8.7K 1.3K 436
                                    

Nuestros curiosos encuentros se convirtieron en una especie de rutina. Cada viernes, durante no recuerdo exactamente cuanto tiempo, íbamos a aquella discoteca y me gusta pensar que, disfrutábamos de la presencia del otro. Él para mi era como un imán, aunque quisiese evitarle, no podía, era entrar a aquel sitio por tan sólo encontrar su mirada y observar como exhalaba aquel tóxico humo. Me parecía tan bello verle cerrar los ojos y fumar...definitivamente no pertenecía a este mundo, para mí era demasiado perfecto.

Me gustaba escucharle aquellas frases tan filosóficas y sin sentido lógico para mi, que decía siempre sobre el humo. Parecía que vivía para el humo, que formaba parte de él. Puede que así fuese, que no viviese sin él.
Y poco a poco yo no podía vivir sin él tampoco, no sé si me volví adicto al tabaco o a él, o a sus besos de humo, quizás a todo ello.

Pronto las semanas comenzaron a alargarse sin él, ya no me bastaba verle una vez a la semana, los viernes parecían no llegar nunca, y yo quería inundar mi garganta del dulce veneno que él me daba (LECTORAS COCHINAS NO PIENSEN MAL POR DIOS NO, NO, HABLO DEL HUMO), necesitaba más de todo lo que él me daba.

Aquella noche yo me encontraba impaciente, nervioso, él era un tipo extraño y no sabía cual sería su reacción.
Cuando lo encontré al fondo de la sala, no me andé con rodeos y me dirigí con paso firme hacia él. Le quité el cigarrillo de la boca y lo metí en la mía. Él parecía algo confuso, pero no dijo nada. Le di un par de caladas y le besé con ganas como nunca, con el humo ondeando entre nuestras bocas.
Me separé de él y le miré serio a los ojos.

-Quiero tenerte. Quiero más de ti, basta ya de juegos de humo, de hacerse el misterioso, quiero atraparte, no eres como el humo aunque pienses que sí, quiero que seas físico, a veces, durante la semana, dudo si realmente existes, si eres material, o si tan sólo estoy loco, y quiero, por dios, tener un nombre que gemir cuando vamos al baño.

Esperé a que, como otras tantas veces, se riese de mi, pero no lo hizo, permaneció serio. Por primera vez en aquella noche me fijé en que estaba más delgado.

-¿Por qué te empeñas en retener lo que va a esfumarse? ¿De que te sirve saber mi nombre? ¿Acaso cambiará algo? Te dije que no todo lo bonito es bueno, déjalo estar, ninguno necesitamos nada del otro que no seamos nosotros mismos.

-Dios...-me sujeté la cabeza- ¡deja ya de hablar así! ¡No entiendo nada! Quiero que me beses, que me toques, que me mires, ¡joder! Durante la semana no puedo alejar mis pensamientos de ti, de que haremos en nuestro próximo encuentro, o de cuantos cigarrillos consumiremos. Pero eres como un fantasma, cuando estamos juntos a veces te veo y a veces no sé...joder ¡no sé quien eres! ¡¡Estoy enamorado de un fantasma!!

Upss, el tipo abrió los ojos. Vaya, es más pálido de lo que recordaba.

-No sabes lo que dices.

Sí! ¡Sí lo sé! ¡Quiero tu maldito nombre! ¡Quiero verte por la semana! ¡Quiero ser alguien para ti si realmente existes fuera de aquí!

-¿Que harás cuando poseas mi nombre? ¿Que harás con él cuando yo no esté a tu lado?

-Mira...estoy harto, de verdad, no soporto tanto misterio, necesito a alguien real, pensé que...pensé que tú y yo...¿sabes que? -dije furioso- no pienso volver aquí. Toma -le tendí un papelito- ahí tienes mi número y mi nombre, si decides salir de tu cortina de humo, te estaré esperando.

Me di la vuelta y me dirigí a la salida.

-Adiós, Jungkook.

Fué lo último que alcancé a oir.

Smoke Kiss 《Jikook》#KpopAwards2017Where stories live. Discover now