||Yamamoto Takeshi||

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Prácticas

Habías conseguido entrar en el equipo de béisbol hace unos tres días, por un pequeño accidente, que te llevo a romper el cristal de la ventana del Comité de disciplina con una pelota de beisbol. Pensaste que estabas muerta, pero entonces llegó ese chico, defendiéndote ante Hibari... y en ese momento te ofreció unirte al equipo de béisbol. Lo cual aceptaste.

Pero ahora mismo no conseguías darle a una maldita pelota.

- ¡Maldición! - exclamaste. Dejaste reposar el bate en tu hombro.

- ¿(T/N)-chan? ¿Qué haces aquí aún? - preguntó una voz a tu derecha. Te giraste y pudiste ver a un sonriente Yamamoto, al lado de la zanca que delimitaba el campo de béisbol en el que te encontrabas ahora.

- Estaba practicando - contestaste, mientras intentabas golpear una peloa de béisbol, que te lanzaba la máquina que tenías a unos quince metros.

Fallaste....

- Ah, estás muy tensa -murmuró él con su habitual sonrisa - espera, déjame ayudarte - murmuró, y entonces empezó a andar hacia ti. Le miraste sorprendida sin saber que esperar.

Entonces puso sus manos encima de las tuyas. Te estremecíste ante su cálido contacto. Te recolocó los dedos lentamente, haciéndote agarrar el bate con más fuerza. Notaste como su cuerpo se pegaba al tuyo.

- Ahora ya tenemos el bate bien agarrado - te habló desde detrás, muy cerca de tu oreja.

Se te pusieron de punta todos los pelos de tu cuerpo en alerta.

- A continuación, tienes que balancear el bate suavemente, notando toda su extensión - continuó hablando, y una de sus manos se deslizó por tu ante brazo, y tu torso, hasta acomodarse en tu cintura. - muéve el cuerpo para darle con más fuerza.

Sentías tu piel arder, y tu rostro sonrojado.

- Ahora, concéntrate, visualiza la pelota, y relaja el cuello. -.

Entonces notaste una breve calidez en la parte trasera de tu cuello, pero antes de que pudieras reaccionar la máquina delante de ti disparó una pelota, y moviste el bate por instinto.

El bate tocó la pelota, y se fue volando.

- Lo hiciste - sonrió con alegría Yamamoto, pero en ningún momento se apartó de ti. Su cuerpo seguía pegado al tuyo, y su respiración era latente en tu cuello.

Dejaste que el bate cayera el suelo, y te giraste para mirarle a los ojos. Él sin soltarte te atrajo aún más hacia él, enroscando sus manos en tu cintura, y beso tus labios. Rodeaste su cuello con tus brazos, mientras le devolvías el beso.

Cerraste los ojos, intentando esconder tu sonrisa, entre el beso.

Definitivamente, el béisbol se había convertido en tu deporte favorito.

C. Nightray

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One-Shot's Katekyo Hitman Reborn!Where stories live. Discover now