LLora,
grita,
maldice,
golpea tu almohada,
vuelve a llorar,
desahógate.
Porque para llenarse de nuevo de alegría, hay que vaciarse primero del dolor y el enojo.
LLora,
grita,
maldice,
golpea tu almohada,
vuelve a llorar,
desahógate.
Porque para llenarse de nuevo de alegría, hay que vaciarse primero del dolor y el enojo.