Había amanecido con un dolor en todo mi cuerpo, al principio no pude reconocer la habitación donde me había dormido pero después vi todas las fotos y sabia que era está su habitación. Salí de la habitación para encontrar lo pero no pude verlo en ningún sitio, hasta que lo vi durmiendo en el sillón ¿El decidió que yo durmiera en su cama en vez de él? Me le acerqué para verlo, mi sonrisa no se esfumaba de mi cara cuando lo veía dormir.
Decidí pasar por su estudio de fotografía y quería arreglar todo lo que el había tirado, la fotografía del paisaje del lago se encontraba en el piso no me gustó verla ahí, esa foto era su inspiración en lo que se convirtió ahora.
La recogí y la puse en el lugar donde estaba antes, en la pared de sus fotos favoritas.
Sentí una presencia detrás de mí, supe quién era por que él es el único que está aquí, quise voltearme para saludarlo pero no me dio el tiempo porqué inmediatamente el agarró la foto que había puesto antes para caminar entre ellas en su mano y alejarse de mí.
—¿Por que tiras eso?—Le preguntaba mientras lo perseguía por donde el caminaba.—¡No sabes lo mucho que lamentarás tirarlo!
El se volteó serio hacia mi.
—Quiero decir, te vas a arrepentir.—Baje la voz tras su mirada.
—¿Lamentar qué? ¿Qué es tan especial acerca de esto?—El dobló la foto.
—Te tomó dos meses tomar esa foto, la atesoras más que ninguna otra foto.—Intenté quitarle la foto pero me lo impidió.
Se sentó el sillón.
—Es por qué estás nervioso, ¿no es así? No puedes tomar fotos que te dicen que tomes porqué es más fácil darte por vencido.
—¡Basta! ¿Que sabés para hablar así?.—Gritó.
—Porqué yo pasé por lo mismo, porqué me sentía nerviosa y asustada.
El se mantenía mirándome queriendo decir algo pero no pudo y volteó su cabeza hacia otro lado, miré la foto entre sus manos y decidí quitarsela de una vez.
-—Oye..oye!-El intentaba quitármela pero yo lo esquivaba corriendo por todo el salón como unos niños. —¡Ya!—Me agarró del brazo acercándome hacia él, estábamos muy cerca de lo común.
El sonido del silencio se hizo presente, el solo me miraba como nunca me había mirado antes.
Mis mejillas se tornaron de otro color, tras la acercania ¿Pudiera pasar otro beso?
—¿Cuánto tiempo estas planeando que te sostenga?—Dijo en un tono incómodo.
—Lo siento.—Me alejé lo más posible de él.
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