capitulo 7: desición

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Doble las mangas de mi camisa, el pantalón negro y la camisa color vino me hacían ver elegante, los zapatos negros de cordón y un buen peinado me hacían ver presentable... me puse unas gotas de perfume y baje.

En la sala estaban todos sentados

Ok príncipe deberías de ser mas puntual— me reprendió mi conciencia

—buenas tardes— salude con una media sonrisa, me incline a saludar a la señora Marrow que enseguida se puso de pie y me saludo muy cortés, el señor Marrow hizo lo mismo y por ultimo mi futura esposa, que raro se escucha decir eso

—hola Grace— la salude

—hola Yojath, como estas?— me pregunto con una sonrisa muy triste

—bien, pero veo que tu no— dije y ella inclinó la cabeza —que pasa?— pregunte mientras alzaba su mentón

—no quiero— susurro

—hablas sobre la boda?— le pregunte y ella asintio

Su familia y la mía nos miraban, la tome de la mano y la saque de la sala, llevándola al jardín trasero donde comenzaba el laberinto del castillo

—sabes no quiero vivir infeliz toda mi vida— me dijo y yo cerré los ojos

—y creo que yo te estoy obligando a esto, sabes que? No nos casaremos y no haré de tu vida una miseria— dije un poco molesto, no con ella sino con mi miserable vida

Me miro a los ojos y la vi estaba a punto de llorar

—no es que... — comenzó a decir

—no digas nada, no quiero escuchar palabras que no son ciertas, no nos vamos a casar y vamos a esperar a que alguien mas del consejo tome el trono, por que después que diga que no me  voy a casar también voy a  abandonar lo que me corresponde por derecho— estalle y lo hizo, comenzó a llorar

—veo que en realidad necesitas una esposa— dijo y yo reí sin gracia

—no, necesitó un heredero— dije, ella me abrazo, como si supiera cuanto lo necesitaba

Suspire de alivio, no decía nada solo me abrazaba

Nos separamos después de unos minutos, y me sonrió

—vamos adentro tengo hambre— sonreí ante sus palabras y entramos al castillo

Llegamos a la sala, donde todavía estaban sentados

—se van a quedar así toda la noche, por que no desaproveche una noche de libertad para quedarme en la sala con mi familia— dije y mi padre me fulminó con la mirada

—sabes que, ahora si te doy la razón hijo y vamos a cenar— dijo mi madre

Todos nos dirigimos a la mesa que ya estaba lista, en cuanto nos sentamos llegaron los empleados a servir la comida

C O N T I N U A R A ♥

de farsa a amor en la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora