Parte 1.

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(t/n) corría nerviosa hacia el salón de actos. Hoy daba una conferencia sobre su club de fútbol. La capitana no se encontraba bien y le pidió a (t/n) que lo hiciera por ella. (t/n) no pudo decir que no ya que es la capitana y además de que se encontraba mal, ella las animaba siempre que estaban de bajón en un partido, que la capitana la pida algo ya es un honor.
Entró detrás del salón de actos y corrió hacia el escenario. Todos hablaban hasta que (t/n) apareció corriendo. Maldeció por lo bajo se había equivocado de camino. Miró nerviosa a todo el mundo, después volteó la mirada detrás suyo viendo a sus compañeras. Entre ellas se encontraba Nakamura Aoi, su compañera de fútbol desde pequeñas. Esta misma la intentó animar, como las demás. Sonrió apenada y volteó de nuevo hacia el público ansioso de sus palabras.
Las luces se apagaron y los focos la iluminaron solo a ella incomodándola más.

—E-etto... —miró sus manos.
—Vamos, (t/n) —susurra Aoi.
—Nu-nuestra capitana, Gensai Hikari, etto... —mira a la multitud—. No puede... venir...

Todos comenzaron a murmurar alterando a la (c/p).

—¡E-es que está en-enfer-enferma! —gritó nerviosa—. ¡Go-gomen!

Entre la multitud admiró a sus fans. Todos la animaban en silencio para no molestar a los demás. Sus fans sabían que era tímida y eso la hacía ver tierna. Desvió su mirada en sus fans después de dedicarles una mirada agradecida, y conectó de repente con unos ojos verdes brillantes. Estaban en la oscuridad, y le era imposible de apreciar quien era el dueño de esa mirada tan penetrante.

—Psst, (t/n), habla —susurraron detrás de ella.
—Yo... —ríe apenada desviando la mirada hacia todos—. No sé que decir...

Escuchó el facepalm por parte de sus compañeras atrás.

—Etto... —vuelve a reír apenada—. Siento la molestia de escu-charme. No suelo... hablar yo... frente a tanta gente.
—¡No te preocupes, (t/n)-chan! —se escuchó de fondo.

(t/n) sonrió asombrada. Vaya que el apoyo de sus fans es grande.

—Arigato~ —ríe—. Hikari me dijo... —hace memoria–. Que hablara de los partidos... no sé que decir la verdad, ¡nos esforzamos mucho! —salta de repente—. Lo cierto es que falta poco para que algunas de nosotras se vayan ahora a otro sitio, estudiando o haciendo lo que cada una quiere, y queremos a gente emocionada y dispuesta a dar todo para entrar en nuestro equipo y ganar —sonríe.

Sintió los brazos de alguien rodearla. Miró hacia sus lados viendo a las chicas a su lado. Se sonrieron y miraron a la multitud emocionadas para gritar:

—¡Arigato por creer en nosotras! ¡Esperamos ver más gente el año que viene!

»«

Suspiró al recordarlo todo.
Hikari era una de las que se fue, pues iba a tercero terminando ya el instituto.
Es cierto que la echa de menos, que todas las que la conocían la echan de menos, pero se fue a Italia a hacer realidad su sueño de ser futbolista femenina.
Cerró los ojos con lentitud.

"Próxima estación: Eda." (Me inventé el nombre de la calle en particular).

Abrió de nuevo los ojos. Se levantó de su asiento y bajó del tren.
Salió de la estación dirigiéndose a si instituto, Iwatobi. Al llegar sintió el peso de su mejor amiga en su espalda.

—¡Aoi! —grita (t/n) mirándola.
—¡CUÁNTO TIEMPO SIN VERTE, (T/N)!

Ambas rieron.

—Lo sé. Es culpa tuya por irte a España —la fulmina.
—Siento abandonarte —rueda los ojos—. Aunque no te creas te he echado de menos. No tenía a nadie a quien molestar allí~
—Baka —rueda los ojos.
—Por cierto, capitana de fútbol, ¿heh? —(t/n) comienza a subírsele los colores.
—N-no digas eso —niega—. Yo no quería... ¡no sé hacer de capitana!

Aoi ríe.

—Déjame el puesto a mí entonces.
—Lo haría pero contigo el equipo se iría a la ruina.
—¡Oye!

(t/n) sonrió burlona. Aoi claramente sabía que era una broma, o eso esperaba ella.
Ambas subieron a su respectiva clase. Para la mala suerte de ellas, les tocaron clases diferentes. (t/n) iba a 2 mientras que Aoi a 3. Nuestra protagonista se sentó en un sitio al lado de la ventana. (Muy común, lo sé) Le gustaba ver fuera del edificio a veces cuando se aburría mucho en la clase. No tardaron en llegar la gente que quedaba.
Escuchó una risa detrás de ella. Volteó a ver para encontrarse con un chico alto con un buen físico, de pelo verde oliva corto y ojos verdes. Verdes brillantes. Los recordaba haber visto en algún lugar. Iba con un chico de altura algo más baja que el primero, pelo corto negro y ojos azules intensos. El peliverde se reía, supone (t/n), de algo que dijo o hizo el pelinegro. Pero este último no mostraba rastro de felicidad alguna.
El chico de ojos verdes se percató de (t/n). La miró curioso y ella, apenada y avergonzada, desvió la mirada hacia delante.

"Que vergüenza..." niega con la cabeza.

»«

Pasaron los días y (t/n) siempre hacía lo mismo. Miraba de reojo al peliverde que se percataba rápidamente de ella.
No podía evitarlo. ¡Esos ojos verdes la habían enganchado por completo!
El chico parecía ser amable, pero en sus ojos podía diferenciar una inmensa oscuridad a pesar de que intentaban transmitir amabilidad, cariño y bondad. Eso hacía que (t/n) curioseara y estuviera interesada en aquel chico.
Estaba con su mejor amiga sentada en el patio escondidas en el jardín. Las dos comían tranquilamente de su bento y una hablaba sobre... cosas que la otra no escuchaba.

—¡(t/n)! —se quejó Aoi—. Vamos, ¿qué te pasa? —preguntó curiosa.
—¿Que qué me pasa? —enarca una ceja confusa.
—¡Sí! —grita—. Llevas desde la semana pasada así, ¡y ya no aguanto! —suspira—. Echo de menos a la (t/n) que dice tonterías.

La (c/p) ríe.

—Oo, no te preocupes, solo pensaba.
—¿En qué?

(t/n) miró la hierba y de la nada recordó los ojos verdes.

—En nada...
—Ajá claro —ironiza—. Bueno, da lo mismo —sonríe.

Aoi iba a hablar hasta que escucharon una voz acercándose al lugar en el que estaban.

—¡Mako-chan, Haru-chan, Rei-chan hayakuu! —vieron a un rubio con ojos rosas y bajito corriendo por el camino.
—Nagisa-kun espérate —se quejó otro con gafas rojas, de pelo azul, ojos violetas y alto, caminando detrás del rubio hiperactivo.
—Jaja cálmense, queda tiempo para el almuerzo —escuchó una voz reconocida para ella.

(t/n) se le quedó mirando al pasar. Este también la miró. Pero esta vez (t/n) no apartó la mirada. Se le quedó mirando, observando los ojos verdes con antelación. Esos ojos verdes que parecían ocultar algo oscuro.

—¿(t/n)-chan? —la llamó Aoi curiosa.

La (c/p) la miró.

—¿Hai?
—¿Te gusta ese chico?
—¿Qué dices? —ríe—. Pero si ni siquiera lo conozco, por favor Aoi no digas esas cosas.
—No sé, te le quedaste mirando por un largo tiempo.
—Solo chocamos miradas —niega con la cabeza—. No seas tonta, Aoi.
—Oo —la mira no muy convencida.

Makoto Yandere y tú ©Onde histórias criam vida. Descubra agora