Melancolía, esa palabra siempre ha estado metida en mi vida, discreta he indiscretamente, burlándose de mi cuando la soledad y la oscuridad llenan mi cuarto vació, se ríe y llora conmigo cuando me ve desangrándome en el suelo de la habitación, oh melancolía, ¿Por que siempre he de ser yo la elegida de toda la familia? Entiendo tu crudo interés en esta joven triste y atolondrada, ¿Te compadecerías de mi al saber todo lo que he vivido, me dejarías un tiempo como las personas lo hacen? Lo dudo, pequeña he hiriente que eres melancolía, quien debería ser yo mas que un títere de tus maquiavelicos juegos, que me haces escribir frases sin sentido ni sonido alguno, que me haces estar despierta a mitad de la noche contemplando las estrellas y deseando estar en otro lugar, en otra realidad.
¿Soy cruel conmigo misma por que así fui criada o por que un mal evento así me enseño sobre la vida? Me pesan los ojos he de admitir, que sentimiento de vació y cansancio alberga mi cerebro que claramente esta corrompido por los deseos de una verdad diferente, tengo las manos heladas y también los pies. Mi piel se a vuelto pálida con el paso del tiempo en las sombras y en los escondites de la realidad, el pánico crece conforme cae el sol, pero no es mi miedo a la oscuridad, no señor, la oscuridad tanto como la tristeza se han hecho mis amigas. El pánico se crea por hechos traumatices que ocurrieron en la noche, ¿Pero no es de noche cuando los monstruos salen a jugar? no lo se y debería no importarme, miro al ventanal y me pregunto, ¿donde es que ellos están, realmente me extrañaran? Aunque yo haya sido la causante de todo este problema, me sigo culpando por la situación, temo no ser fuerte y caer de nuevo en la tentación de mis afilados compinches.
Sonara solitario pero ahora lo único que ilumina y ofrece un remedio es la pantalla del computador, pero no es lo que yo deseo, no es lo que yo necesito, pero esta bien, es mejor a no tener nada ¿No es así?
