Capítulo 1 Bienvenida al Real Colegio San Pablo

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Hola gracias por animarte a leer esta historia.... si te gusto dimelo y espero que votes x ella, asi la editare y te agregare al final de la historia.....
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Vámos, apúrate, Candy!

-Sí, apúrate, Candy, llegarás tarde como siempre.

Eran las voces de Stear y Archie azorando a su amada prima

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Eran las voces de Stear y Archie azorando a su amada prima.

-Aquí voy chicos!

Respondió, más bien, gritó Candy corriendo por todo el pasillo con su acostumbrado atolondramiento.

-¡Señorita Candice White Andrew!

Estalló la estricta voz de la hermana

Grace, la rectora del colegio, una mujer entrada en edad, con rostro severo y de muy pocos amigos haciendo que Candy parara en seco y resbalara un par de veces antes de toparse con la imponente figura de la dueña de esa voz.

-Este es un colegio ilustre, donde se forman damas y caballeros distinguidos, no el patio de su casa.

-Sus modales son pésimos.

Fue el discurso de la rectora en frente de todo el alumnado.

-Eh... Yo... Lo sien...

Balbuceó Candy, sin terminar la frase porque fue interrumpida por una chillona y fastidiosa voz.

-¿Modales?

Se escuchó la irónica pregunta acompañada de una burlona carcajada.

-¿Qué modales podría tener una huérfana que vivió en los establos de mi casa?

-¡Eliza!

Exclamó Candy, roja como un tomate por la rabia y la verguenza que le ocacionaron las palabras de aquella pelirroja de rizos tiezos y ojos ámbar, de apariencia refinada, pero con una lengua tan venenosa como los colmillos de una serpiente.

-¡Suficiente!

Tronó la voz de la hermana Grace nuevamente.

-Señorita Leagan.

Dijo, mirando de forma retadora a la pelirroja.

-Cuando yo necesite su opinión, se la pediré, de lo contrario, absténgase de comentarios fuera de lugar.

Sentenció, dejando a la altanera Eliza Leagan sorprendida y con los ojos abiertos como platos ante la reprimenda, mientras en los rostros de Stear y Archie se asomaba una sonrisa de lado, como triunfo por el fallido intento de Eliza por ridiculizar a la pecosa.

-¡Todos a sus clases!

Ordenó la estricta mujer dando fin al vergonzoso episodio y todos los alumnos caminaron hacia sus respectivas aulas sin hacer más comentarios sobre lo sucedido.

Cabizbaja y con los ojos nublados por las lágrimas que amenazaban con salir, una rubia de graciosas pecas caminaba por los austeros y sombríos pasillos del Real Colegio San Pablo, enfrentando con valor lo que sería su nueva vida y para despejar un poco su adolorida alma de tantos recuerdos y de la trágica muerte de su adorado Anthony, ese dulce chico de dorados cabellos y ojos celestes, quien tanto la amó y la defendió, como sólo ese amor puro e inocente de la niñez puede hacerlo. Sacudiéndo ligeramente la cabeza y con un fuerte suspiro de resignación, Candy entró a su salón de clases, aunque sus pensamientos estaban muy lejos de ahí, preguntándose cómo sería si Anthony estuviera ahí con ella y muchos recuerdos más se unieron en esa guerra de emociones. Anthony regalándole la Dulce Candy, Anthony bailando con ella en la fiesta de la Tía-abuela, la increíble aventura cuando se fugaron todo el día solos y casi matan a la pobre anciana de un infarto. Inevitablemente también recordó el fatídico episodio de la cazeria del zorro y estando en su estado de trance fue interrumpida por una firme, pero dulce voz.

-Señorita White-Andrew, puede tomar el asiento al lado de la señorita O'Brien.

Indicó la hermana Margaret, que era todo lo contrario de la hermana Grace, pues ésta era mucho más jóven, de tacto amable y aunque a veces intentaba sonar severa, era fácil ganarse su simpatía. Obediente, Candy se dirigió al asiento indicado regalándole una amigable sonrisa a una tímida chica de cabello corto y castaño al igual que sus ojos, una chica muy bonita a pesar de que su figura era un poco rellenita.

 Obediente, Candy se dirigió al asiento indicado regalándole una amigable sonrisa a una tímida chica de cabello corto y castaño al igual que sus ojos, una chica muy bonita a pesar de que su figura era un poco rellenita

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-Hola.

Saludó timidamente la castaña, sin dejar de sonreir, Candy le devolvió el saludo y se presentó.

-Patricia O'Brien, pero me puedes llamar Patty.

Dijo alegremente la gordita. Terminadas las presentaciones, finalmente comenzó la clase, esa clase de matemáticas que tanto se le dificultaba a la pecosa.

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Hola, chic@s!

Espero que les guste la historia, aunque este capitulo es solo una introducción

y tal vez piensen que será algo aburrido, no se preocupen, que pronto estos dos rebeldes van a encontrarse y comenzará la aventura y el romance. Cambié, o mejor dicho,

omití la parte de como realmente se conocieron Candy y Terry en el barco, en mi historia se conocerán en el mismo colegio! 

Por Isabel Cedeño

Gracias a Wendy.

Candy Candy: El rebelde y la dama de establoWhere stories live. Discover now