Palabras insonoras

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Parada, frente a un artista de ropa holgada y colores demasiados vivos para alguien con un sentido de la moda normal. Cinco monedas de menos de cinco céntimos, tiradas fuera de él pequeño gorro negro que complementaba con el banco y la funda de la guitarra colocada en sus rodillas.

A pesar de aquella combinación des-armoniosa de colores, estaba totalmente fuera de todo pero eso era lo que más gustaba de aquel chico sentado tan sólo atrayendo a gente por su perfecta imperfección.

Unos segundos y todo desapareció en la calle, la chica con un pequeño gorro azulado y ropa a juego quedó en el suelo totalmente clavada en el mismo, tanto del empujón que recibió del artista que ya se encontraba totalmente fuera de su vista. Y de la mayoría de personas que lo observaban cuando dos policías aparecían cerca de allí, conversando charlando entre ellos con sus perfectos uniformes y sus placas.

–Y como te dije... –uno de los policías continuaba su conversación echando un vistazo donde todos los ciudadanos se encontraban –¿Sucedió algo?

Tanto como la chica como muchos otros negaron, ambos oficiales miraron el uno al otro y se encogieron tan sutilmente de hombros que fué casi imperceptible para la mayoría de personas que allí mismo se encontraba.

Se dispersaron ya que el artista desapareció.

Pero hubo algo que aún permanecía allí.

Un anillo plateado que tenia grabado en el unas palabras bastante curiosas y extrañamente legibles.

A simple vista no era nada más que un anillo viejo.

La chica se veía pensativa pasando el dedo por los grabados retirando la extraña capa de suciedad que había.

Unas palabras claras, grabadas con mucha elegancia resaltaban de una de las partes. Las otras eran totalmente ilegibles, al menos en este mundo.

"Musa II-X"

•••

–Por favor sitúese aquí.

Asentí, colocándome en unas de las sillas que estaban justo en frente de unos de los médicos. Eso de ser una rata de laboratorio no es para nada entretenido.

–Doctor, ya llevamos con esta paciente más de dos años.

Exacto, dos preciosos y entretenidos años (irónicamente hablando) con estas personas tan amablemente pesadas.

–Su madre insiste en que hay que revisarla hasta que no haya más posibilidades, o mejor dicho, hasta que no tenga más dinero para contratar a nadie –Refunfuñe, y este doctor me miro con mala cara –no puedes decírselo así que no eres un peligro.

Comencé a atraer su atención intentando vocalizar y solo rechisté.

Al fin logré su atención. Comencé colocando mi mano cerrada en mi boca y luego seguidamente abriéndola.

Ya sé, debería aprender el lenguaje de signos pero así me entiende la mayoría de la gente.

–¿Tendrá hambre? –bromeo el enfermero de su izquierda está vez y abrí la boca tomando mi estómago para estar varios segundos mirándole con una mala cara – ya, ya, lo he pillado señorita irónica. Se que te comunicas por gesto, te vi hacerlo antes.

Bueno de todas formas no es demasiada importante la conversación de pastillas y cosas más variadas. Lo que sí, la mayoría de ellas totalmente inútiles.

–¿Cariño te encuentras mejor? –frente a mi, mi tan querida madre tan pesada y como ella tan sólo es.

Mis Delirios NocturnosWhere stories live. Discover now