Paper Cuts (K.D.C Fan Fiction)

Decimo novena armonía

Mis piernas no podían dejar de moverse,no podían permitirse parar ahora que ya estaba lo suficiente lejos de todo lo que he construido para luego derribarlo.

Oía la voz agitada de Kurt detrás mía,siguiéndole,como me sigue Ian siempre.

Una mano pequeña cubrió mi dedo índice,haciéndome parar por fin.

Un niňa de rizos dorados me miraba expectante,mientras su padre hablaba con un seňor que pedía dinero en la acera.

-¿Te está persiguiendo un monstruo?

Pensé en su pregunta.
¿Era mi pasado un monstruo?
¿Lo era yo?
¿Lo era Ian?

Sacudí levemente mi cabeza y la niňa hizo lo mismo,imitandome.

-Nunca seas como yo,no hagas lo que yo hago.

-¿Por que?-Se limpio la nariz con la manga de su vestido y me lanzo una mirada apenada-Eres guapa y tienes a un príncipe corriendo por ti.

Me di la vuelta y vi a Kurt corriendo mientras echaba los pulmones por la boca.

Reí y me sentí mal por ello.

Por fin el padre de aquella preciosa cría,la cogió de la mano que tenia libre.

-Vamos,Coralina.

-Papa,quiero quedarme con ella.

No sonreí cómo la gente suele hacerlo,solo repitió en mi mente el nombre de esa pequeñaja.

Coralina.

Kurt se estaba acercando,y no hice nada por evitar que entrará en mi burbuja personal.

-Tienes que dejar de hacer esto.

No deje que dijera nada más,con un simple beso en la línea que creaba su mandíbula supe cómo sobrellevar todo esto,por una vez en mi existencia.

-Cásate conmigo.

-No eres el tipo de persona que cree en el matrimonio.

-Creo en el matrimonio entre tu y yo.

-Seríamos un puto desastre.

-No más de lo que lo somos ahora.

-¿Que pasaría si te dijera que no?

Río y miro al suelo.
Luego a su al rededor,se revolvió el pelo,metió las manos en sus bolsillos y me miró con ojos risueňos.

-Se que me dirás que si.

Esta vez fui yo la que reí.

-Muy honesto,Cobain...

Sus manos viajaron a mi cintura y me atrajo hacia el y susurro en mi oído una de las cosas más hermosas que este universo ha oído.

-Soy el único que puede espantarlos.

Lo besé sin pensármelo.

-Si.

-¿Si que?

Rodé los ojos y oí su preciosa risa de fondo.

-No me hagas decirlo.

Asintió,aguantandose la risa.

Mire a mi al rededor y vi  como la gente que pasaba por la única avenida que conocía de Seattle,se paraba para ver mi decisión final.

Gente sin vida.

-Si,me cansaré contigo,imbécil.

La gente aplaudió,sillón y grito cosas obscenas,pero los ignoré olímpicamente.

Reí mientras sentía como mis pies ya no tocaban el suelo.

Kurt me cargo en su hombro y corrió hacia un callejón que no sabia a donde llevaba.

Pero en ese momento me daba igual.

Todo me daba igual.

Menos el,menos mi mundo.