Capítulo 28

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Michonne entró a la celda y tomó de brazo a Lessa, sorprendiéndola. Retrocedió dos pasos al ver como la muchacha alzaba el machete y alzó las manos, mostrando que venía en paz.

-Ay, Michonne, disculpa.-Bajó el machete y lo acomodó contra su cadera, cansada.-¿Qué sucede?

-Quería venir a hablar contigo, antes de que te fueras.-La mujer se sentó en la cama y golpeó a su lado, invitándola a acompañarla.

-Salgo en diez minutos, ¿qué sucede?-Preguntó, ignorando la invitación para seguir reuniendo sus cosas.

-Quería saber si estabas bien, Lessa. Si estás bien para hacer esto.

¿Si estaba bien? Alguien que creía su amigo estuvo apunto de violarla y formaba parte del grupo de bastardos que acabo con su grupo.

Por supuesto que no estaba bien.

-Todavía siento sus manos recorrer mi cuerpo, sus dientes mordiendo mi cuello...-Confesó, después de un largo silencio.-La forma en que me acorraló...Me quedé paralizada, Mich.-Se apoyó contra la pared, mirando a la mujer.-cuando se puso a tararear esa canción, sentí que mi sangre se helaba. Y después...

Sacudió con la cabeza y le dedicó una sonrisa triste.

-Pero si, estoy bien para hacer esto. Estoy bien para matar a esos bastardo.-Guardó municiones en la mochila y la cerró de golpe, cargándosela a la espalda.-No dejaré a nadie vivo, te lo aseguro.

Michonne asintió, no muy segura de si eso era algo bueno. La mirada que tenía Lessa en ese momento...era una mirada cargada de ira: quería venganza a cualquier costo.

-Te espero en el auto, yo manejo.-Anunció Lessa, al ver a Daryl cuando salía de la celda.-¡No te demores!

-¿Escuchaste lo que dijo?-Preguntó Michonne, levantándose.-No está bien, Daryl. No está para nada bien.

-¿Crees que no lo sé? ¡Claro que lo se! Pero sería peor intentar detenerla...Sigue herida y aún así, quiere hacerlo.-Negó con la cabeza mientras recogía algunas cosas.-No pienso dejar que lo haga sola, no estuve ahí para protegerla...

-Porque estabas enfermo, Daryl. Nadie esperaba que sucediera algo así, no es culpa de nadie, Daryl.-Le dio un apretón amistoso. La única respuesta que obtuvo fue un gruñido.-Cuídense mucho, ¿sí?

Todavía resonaban las palabras de Lessa en la mente de Daryl cuando llegó al auto. Ella se encontraba apoyada contra éste, fumando con avidez lo poco que le quedaba del cigarro. Podía ver el machete colgado en su cadera, así como un revolver en el lado contrario y estaba casi seguro de que llevaba cuchillos escondidos en sus botas.

Lucía sumamente intimidante.

-¿Segura que estás bien para manejar?-Preguntó, dejando sus cosas en los asientos traseros.

-Dios, dejen de preguntar eso. Si, Daryl, estoy bien para manejar.-Botó la colilla del cigarro y la aplastó, apagándola.-Además, sigues algo enfermo. ¿Estás seguro de que...?

-Si, estoy seguro de que voy.-Respondió con dureza, interrumpiéndola.-No voy a dejarte ir sola.

Lessa hizo una mueca, pero asintió, subiendo al auto. No sabía cómo sentirse respecto a eso. Por un lado, el que Daryl la acompañara y estuviese siempre ahí para ella le proporcionaba un alivio tremendo. Pero ¿quería mostrarle esa parte de ella? ¿La parte sanguinaria y asesina que pocas veces había sacado a relucir? Podía sentir la rabia correr por sus venas, la ira instalarse en su pecho.

-Tienen cuatro días para volver, ¿sí? Si en ese tiempo no vuelven, iremos a buscarlos, ¿quedo claro?-Ordenó Rick, asomado por la ventana.-¿Lessa? ¿Daryl?

-Si, sheriff, todo claro.-Respondió Lessa, molesta.-¿Podemos irnos ahora? El tiempo es oro.

Rick le lanzó una mirada de advertencia a Daryl, pero asintió. Le dio un sonoro beso en la mejilla a Lessa y se alejó del auto, dando la señal para que abriesen la reja.

-Que eres baboso, Rick.-Se limpió la mejilla y le levantó el dedo del medio, para luego acelerar y desaparecer rápidamente.

Daryl hizo una mueca y llevó su mano al abdomen, adolorido.

No llevamos ni una hora y ya me duele el estómago.

-En mi mochila tengo un termo con té de hierbas. Asumí que podrías seguir mal.

Menos mal.

Se giró para alcanzarla la mochila y rebuscó en ella hasta dar con el termo. Si bien el olor era apetecible, el sabor no lo era para nada y estuvo apunto de vomitarlo por la ventana.

-No te quejes, es otra combinación para evitar que te cagues encima, idiota.-Esquivó a un caminante y arrolló a otro que no puedo evitarlo.

-¡Hey, ten más cuidado! Eso dolió y puedes cagar al auto.-Reclamó Daryl, fulminándola con la mirada.

-Déjame manejar tranquila, idiota.-Volvió a esquivar un caminante y soltó una maldición al perder ligeramente el control del auto.- ¡YA ESTÁ! Ya está, no hay más caminantes.

-¿Siquiera tienes licencia?

-Creo que hemos tenido esta conversación antes, Daryl. Y no, no tengo licencia, aprendí en medio de apocalipsis.

Daryl rodó los ojos y tomó otro sorbo de termo, asqueado.

-Mejor duerme un poco, ¿sí? Ese té tiene unas hierbas que ayudan a conciliar el sueño...Nada grave y prometo despertarte para hacer cambio de turno.

Daryl gruñó y se acomodó contra el asiento, aceptando a regañadientes que empezaba a sentir sueño. Antes de quedarse dormido, logró vislumbrar las marcas de mordidas en el cuello de Lessa.

Y eso lo enfureció. 

Live With The Dead (Daryl Dixon)Where stories live. Discover now